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El profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo, Fernando Miralles, aconseja percibir el trabajo como algo positivo con el fin de no sufrir el denominado 'estrés postvacacional', al tiempo que ofrece algunas claves para superar este síndrome que se manifiesta después del período de vacaciones.
Así, entre otros consejos, Miralles aboga por volver a casa algún día antes de incorporarse al trabajo e intentar adaptar el reloj biológico a la rutina laboral; adoptar una actitud positiva en la vuelta al trabajo, como pensar en volver a encontrarse con los compañeros y establecer nuevos proyectos laborales y personales; y evitar pensar que vacaciones es lo contrario de trabajo pues el nivel de vida depende del trabajo, "apartado esencial" en la vida.
En la misma línea, pide que los primeros días laborables se realicen trabajos de poca intensidad y alerta sobre la posibilidad de apuntarse a cursos que duran un año entero, como una academia de idiomas o un gimnasio.
En otro orden, el doctor Miralles señala que este tipo de estrés se puede entender como "una tristeza elevada o depresión menor" que no está reconocida como enfermedad, ya que casi nunca llega a desencadenarse, aunque algunas personas pueden verse afectadas por un malestar físico y psicológico durante una temporada.
Entre los síntomas físicos, destacan el cansancio, la fatiga, la falta de apetito, los dolores musculares, los dolores de cabeza y las molestias en el estómago, mientras que los síntomas psicológicos más importantes son la tristeza, la irritabilidad, así como la falta de concentración y de interés por el trabajo.
Además, el profesor añade que este problema no afecta a todas las personas por igual ya que, si el trabajo que se realiza es estimulante o las relaciones con los compañeros son positivas, su duración e intensidad es menor.
Según la asociación española de especialistas en medicina del trabajo AEEMT, el 60% de las bajas temporales del trabajo en ciudadanos comunitarios son por estrés directa (bajas por ansiedad o estrés) o indirectamente (dolores de estómago, cabeza o musculares, mareos, vértigos, problemas en la piel, etc.
FACTORES PRECIPITANTES
Asimismo, existen una serie de factores precipitantes que favorecen la aparición del síndrome, como descompensar el reloj biológico --acostumbrarse a trasnochar y levantarse tarde--, no estar conforme con el puesto de trabajo o haber tenido algún problema justo antes de comenzar las vacaciones, por lo que existe el miedo a que, al volver, permanezca ese problema.
En caso de que los síntomas persistan una quincena después de la incorporación al trabajo, Miralles aconseja acudir a un especialista, pues puede ser que se padezca una depresión encubierta, aunque señala que no es algo habitual.
