El insomnio en la infancia persiste hasta la edad adulta y puede aumentar el riesgo de internalización de trastornos en los adultos jóvenes, según indica una nueva investigación.
Sin embargo, el estudio mostró que los síntomas de insomnio en la infancia que remiten en la transición a la adolescencia no confieren mayor riesgo de trastornos del estado de ánimo o trastornos de ansiedad en el futuro.
"Dado que los síntomas del insomnio pueden precipitar o mantener los trastornos de internalización, nuestros hallazgos refuerzan aún más la necesidad de intervenciones tempranas del sueño para prevenir futuros trastornos de salud mental", comentó el investigador principal, Julio Fernandez-Mendoza, Ph. D. , profesor asociado del Colegio de Medicina de Penn State, en Hershey, Estados Unidos.
Presentó su investigación virtualmente en el 35º Congreso Anual de las Asociación de las Sociedades Profesionales del Sueño: SLEEP 2021.
Resultados "muy claros"
Los hallazgos se basan en datos de la cohorte de Niños del Penn State, una muestra longitudinal poblacional de 700 niños con edad promedio de nueve años, incluidos 421 que tuvieron seguimiento ocho años después, cuando eran adolescentes (edad promedio, 16 años) y 502 con seguimiento 15 años después como adultos jóvenes (mediana de edad: 24 años).
Los datos son "muy claros en que el riesgo de tener trastornos internalizantes en la edad adulta joven se asocia con tener síntomas de insomnio persistentes, desde la niñez hasta la adolescencia hasta la edad adulta joven", señaló Fernández-Mendoza en su presentación.
Una trayectoria de desarrollo persistente se asoció con riesgo tres veces mayor de trastorno de internalización del adulto.
El riesgo de tener un trastorno de internalización en la edad adulta joven asociado con síntomas de insomnio de reciente aparición (incidente) es aproximadamente el doble, mientras que el riesgo asociado con el patrón de aumento y disminución del insomnio es 1, 5 veces más alto y solo marginalmente significativo, informó.
Un hallazgo igualmente importante es que en aquellos en los que habían remitido los síntomas del insomnio en la transición a la adolescencia y durante la edad adulta joven no tenían mayor riesgo de tener un trastorno de internalización en la edad adulta joven.
"Los síntomas persistentes de insomnio están asociados con resultados de salud mental adversos a largo plazo, pero la remisión de esos síntomas de insomnio se asocia con un buen pronóstico", destacó.
También es importante señalar que alrededor de 40% de los niños no supera sus síntomas de insomnio en la transición a la adolescencia y corre el riesgo de desarrollar trastornos de salud mental más adelante durante la edad adulta temprana.
El Dr. Nitun Verma, portavoz de la Asociación de las Sociedades Profesionales del sueño, quien solicitó comentarios, dijo: "Existe conexión entre los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad con el sueño, especialmente el insomnio. Este es un buen recordatorio de que revisar los hábitos de sueño de alguien siempre debe ser parte de la evaluación de su salud mental".