Autor/autores:
Anna Belfer-Cohen y Erella Hovers
La "conectividad" social a través del tiempo se considera actualmente como uno de los principales impulsores de la transmisión cultural y la evolución cultural. Dentro de este marco, las interacciones dentro y entre los grupos se ven afectadas por la distinción individual de las relaciones sociales. En este artículo, nos enfocamos en los cambios en un aspecto im...
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La "conectividad" social a través del tiempo se considera actualmente como uno de los principales impulsores de la transmisión cultural y la evolución cultural. Dentro de este marco, las interacciones dentro y entre los grupos se ven afectadas por la distinción individual de las relaciones sociales.
En este artículo, nos enfocamos en los cambios en un aspecto importante de las percepciones sociales, "otros" y "extraños". Como se infiere del registro arqueológico, esta percepción entre los grupos humanos ganó importancia durante el curso del Pleistoceno. Estos cambios habrían ocurrido debido a la plasticidad de los mecanismos cognitivos, en respuesta a las demandas de comportamiento a lo largo de la trayectoria de la evolución social humana.
Los conceptos de "otro" y "extraño" han recibido poca atención en el discurso arqueológico, sin embargo, son fundamentales en la percepción de la posición social. La propiedad de ser un "otro" se define por la percepción de uno y es inherente a la visión del mundo que nos rodea; cuando es compartido por un grupo se convierte en una construcción social cognitiva. Asignar a un individuo el estado de un "extraño" es un estado socialmente definido que es potencialmente transitorio.
Presumimos que, aunque posiblemente arraigado en profundos orígenes evolutivos, este último es una adición relativamente tardía a la categorización sociocognitiva, asociada con un mayor sedentismo, grupos más grandes y una extensión territorial reducida como parte del proceso de neolitización.
Postulamos que se puede abordar a "otros" y "extraños" a partir de datos arqueológicos contextuales, con inferencias con respecto a la evolución de las categorías sociales cognitivas. Nuestro análisis se centró en estudios de materias primas, observaciones sobre el estilo y evidencia de especialización artesanal.
Encontramos que, contrariamente a la hipótesis nula, el registro arqueológico implica la aparición temprana de una categorización sociocognitiva compleja. Los procesos cognitivos, culturales y sociales involucrados en el mantenimiento y la distinción entre "otros" y "extraños" pueden definirse como "auto-domesticación" que todavía es un proceso continuo.
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