Una mujer de 20 años fue derivada por su médico de familia a un equipo comunitario de salud mental en Londres, Reino Unido. Su estado mental se había deteriorado progresivamente durante los 12 meses anteriores, tras la muerte de su padre.
Después de un período viviendo sola, ella había regresado a la casa familiar 4 meses antes de su presentación y...
Una mujer de 20 años fue derivada por su médico de familia a un equipo comunitario de salud mental en Londres, Reino Unido. Su estado mental se había deteriorado progresivamente durante los 12 meses anteriores, tras la muerte de su padre.
Después de un período viviendo sola, ella había regresado a la casa familiar 4 meses antes de su presentación y se notó que estaba socialmente retraída, preocupada y distraída.
Su médico de familia, sospechando un episodio depresivo, le había recetado citalopram hasta una dosis de 40 mg una vez al día, sin ningún efecto.
Posteriormente, su familia buscó el consejo del médico de cabecera cuando se notó que la paciente hablaba consigo misma, expresando preocupaciones sobre las personas que significan su daño y profesando la creencia de que podía escuchar los pensamientos de otras personas.
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