(EUROPA PRESS) -
La revista 'Psychological Medicine' ha publicado los resultados de un estudio mundial -coordinado desde la Universidad de La Rioja por el profesor de Psicología Eduardo Fonseca Pedrero- sobre los factores de riesgo que puedan estar en el origen de la esquizofrenia.
La esquizofrenia es un trastorno mental que se caracteriza por alteraciones del pensamiento, la percepción, los afectos y el comportamiento. Aunque siempre ha suscitado el interés de los científicos y artistas, aún se desconocen las causas que pueden originar este trastorno.
Encontrar factores de riesgo y de protección podría ayudar a prevenir la esquizofrenia o, al menos, reducir la probabilidad de su aparición y evitar las consecuencias negativas asociadas a nivel personal, familiar y social.
En este marco, desde la Universidad de La Rioja se ha coordinado el primer estudio mundial que ha tratado de analizar y comprender algunos de los factores de riesgo de tipo conductual, emocional y cognitivo que pueden estar en el origen de los trastornos esquizofrénicos.
En el estudio -coordinado por el profesor Eduardo Fonseca en colaboración con Javier Ortuño, profesores del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de La Rioja- han colaborado 25 centros de investigación de 12 países y más de 27.000 participantes.
Desde la Universidad de La Rioja se ha coordinado el trabajo de los diversos integrantes de este Consorcio Internacional para la Investigación de la Esquizotipia (International Consortium for Schizotypy Research).
Las conclusiones del estudio que se han publicado recientemente en 'Psychological Medicine' -una de las mejores revistas del mundo de psicología y psiquiatría- plantean dos cuestiones. Por un lado, que existen procedimientos de evaluación rigurosos que permitir identificar y detectar a personas en condición de vulnerabilidad o de mayor riesgo teórico a desarrollar esquizofrenia.
Por otro, ciertas características de la personalidad y patrones de comportamiento parecen asociarse con un mayor riesgo de padecer un problema mental de tipo esquizofrénico.
Estas son, por ejemplo, el pensamiento mágico, las experiencias perceptivas inusuales, los comportamientos extraños, la paranoia, el lenguaje extraño, la ausencia de amigos íntimos, el afecto aplanado y la ansiedad social excesiva.
Este tipo de estudios científicos abren la posibilidad de llevar a cabo actuaciones de prevención en materia de salud mental, concretamente, los trastornos de tipo psicótico. La investigación en el campo de la psicosis ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas con este tipo de problemas y sus familiares, y reducir el impacto socio-sanitario.
No obstante, sus conclusiones deben enmarcarse en la enorme complejidad que entraña la comprensión del comportamiento humano y la necesidad de incluir otros posibles factores de riesgo como aspectos genéticos, fisiológicos, neurocognitivo o variables ambientales como, por ejemplo, el consumo de sustancias o las experiencias de trauma.