"El suicidio no es decisión de una persona libre", según el jefe de Psiquiatría del Hospital del Mar
BARCELONA, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
Cada muerte por suicidio afecta a una media de seis personas -entre familiares y amigos-- que, debido a la causa de esta pérdida, pueden desarrollar una depresión que aumenta 6,6 veces el riesgo de quitarse la vida, tienen más probabilidad de vivir un duelo complicado y de cronificarlo.
Lo ha explicado la presidenta de la Asociación Després del Suïcidi-Associació de Supervivents (DSAS), Cecilia Borràs, en el II Seminario de la Core en Salut Mental Etiología, Intervención y Prevención del Suicidio, que ha tenido lugar este miércoles en el Hospital del Mar de Barcelona.
Según datos de 2013 del Institut d'Estadística de Cataluña (Idescat), en Cataluña se suicidaron 523 personas, por lo que los familiares y personas próximas "supervivientes" a la muerte de su ser querido fueron unas 3.000, ha estimado Borràs.
En declaraciones a los medios, el director de Psiquiatría del Hospital del Mar, Víctor Pérez, ha afirmado: "Estamos hablando de una dimensión del problema que no nos habíamos planteado hasta ahora: que cada muerte tenga un impacto tan grande a su alrededor".
DISPOSITIVO "PIONERO" PARA SUPERVIVIENTES
Por eso, ha celebrado que asociaciones como DSAS atiendan a estos supervivientes, ya que estas "personas necesitan poder hablar con gente que haya vivido la misma situación", y ha añadido de que de estos seis afectados, un pequeño porcentaje acaba desarrollando una enfermedad mental.
Desde principios de año el Hospital Sant Pau de Barcelona ha impulsado con la DSAS un "dispositivo pionero" para que estas personas tengan una acogida preferencial en el sistema sanitario, a través del médico de cabecera, aunque después acaben derivados a la red de salud mental.
RETOS PARA ABORDAR EL SUICIDIO
Víctor Pérez ha subrayado que el reto principal del abordaje del suicidio es conseguir reducir la tasa anual, puesto que en España se sitúa en 3.500 personas, casi el doble que las muertes por accidente de tráfico.
"En los suicidios no tenemos radares ni multas. El único radar que tenemos es el sistema sanitario y la sociedad", y ha destacado la importancia de mejorar la detección, derivar los enfermos correctamente y capacitar a los médicos de atención primaria, además de trabajar con los Mossos d'Esquadra para que tengan una mayor sensibilidad con las familias cuando se da un caso.
El psiquiatra también ha remarcado que se debe cambiar la actitud de la sociedad ante el suicidio: "El suicidio no es una decisión personal de una persona libre. Yo no he conocido a nadie que se haya intentado suicidar que fuera feliz".