¿Cómo abordar una crisis de riesgo vital y qué protocolos de ingreso aplicar?

El fenómeno del suicidio y la conducta autolítica son una de las emergencias más delicadas dentro del sector de la salud mental. Hacer una evaluación de riesgo es inminente, así como una intervención inmediata, en donde la hospitalización psiquiátrica es el recurso terapéutico y protector más relevante.

Cada vez que un paciente experimenta sufrimiento con una intensidad elevada o planifica hacerse autolesiones, llega a un punto de no retorno dentro del área ambulatoria. El próximo paso es la vigilancia y seguridad ininterrumpida dentro de un
centro especializado. Comenzar el ingreso a una unidad, brindando seguridad al paciente, quiere decir que, como último recurso, se debe asegurar a una cama de hospital con el cuidado correspondiente hasta superar la crisis.

La detección y la primera acción ante una crisis suicida
Controlar una crisis suicida inicia con la validación del dolor por medio de la escucha activa. No se debe temer en preguntarle al paciente sobre sus motivos de suicidio, hacer preguntas como: ¿tienes pensado autolesionarte?, o ¿planeas quitarte la vida?, pueden servir para ayudar a la persona a mostrar sus sentimientos.

Por ejemplo, en España, la línea de respuesta normalmente es el Servicio de Urgencias Hospitalarias o el 112. Los expertos, tales como psicólogos de urgencias, enfermeros y médicos, tienen que hacer una evaluación sobre el riesgo.
Dicho estudio no tiene solamente el objetivo de encontrar una planificación de suicidio, sino también conocer los factores de riesgo, tales como trastornos psiquiátricos, intentos anteriores, aislamiento o abuso de sustancias psicotrópicas, y factores protectores como el apego a la vida, responsabilidades y la red de apoyo emocional.

Protocolos de ingreso para garantizar la seguridad en unacrisis suicida
Cuando se determina que la hospitalización es lo más seguro, el protocolo de ingreso a un centro especializado es estricto, legal y clínico. Lo primero es darle prioridad al ingreso por cuenta propia, mostrándole al paciente un plan de tratamiento y protección. Si la persona acepta, se le conoce como dar su consentimiento.

Pero, hay crisis suicidas graves en la que el paciente no posee la capacidad para
decidir a causa de su condición mental. Es aquí donde hay un riesgo vital latente, por lo que se hace un ingreso involuntario o forzoso.

La cama de hospital como recurso de contención y protección

Una cama de hospital en un centro especializado en crisis suicidas es algo más que un sitio de descanso, se trata de una herramienta de seguridad y contención en casos graves. El objetivo principal es crear una barrera institucional y física entre el suicidio o autolesión y el paciente.

Una cama hospitalaria brinda el tiempo de respuesta necesario y un entorno seguro para que el paciente reajuste su química cerebral y establezca mecanismos de afrontamiento, dejándolo libre de la presión por la crisis suicida.

Enfrentar una crisis suicida necesita un enfoque rápido, humano e integral. El secreto está en la detección de los factores de riesgo, dejar de pensar que es negativo conversar sobre el tema e implementar protocolos de seguridad. La hospitalización en un centro hospitalario no es un castigo, sino una forma de brindarle un entorno seguro a los pacientes que requieren tratamiento inmediato.