Autor/autores:
Chmitorz A, Kurth K, Mey LK...(et.al)
Muchas escalas existentes para la evaluación del microestrés no diferencian entre los eventos estresantes objetivos (es decir, observables) y las cogniciones o preocupaciones estresantes. A menudo mezclan ítems que evalúan eventos estresantes objetivos con ítems que miden otros aspectos del estrés, como la severidad percibida del estresor, la reacció...
PUBLICIDAD
Estás viendo una versión reducida de este contenido.
Para consultar la información completa debes registrarte gratuitamente.
Tan sólo te llevará unos segundos.
Y si ya estás registrado inicia sesión pulsando aquí.
Muchas escalas existentes para la evaluación del microestrés no diferencian entre los eventos estresantes objetivos (es decir, observables) y las cogniciones o preocupaciones estresantes. A menudo mezclan ítems que evalúan eventos estresantes objetivos con ítems que miden otros aspectos del estrés, como la severidad percibida del estresor, la reacción de estrés evocada o consecuencias adicionales para la salud, lo que puede dar lugar a asociaciones espurias en estudios que incluyen otros cuestionarios que miden tales construcciones. La mayoría de las escalas se desarrollaron hace varias décadas; por lo tanto, los estresores de la vida moderna pueden no estar representados. La evaluación ecológica momentánea (EMA) permite el muestreo de comportamientos y experiencias actuales en tiempo real y en el hábitat natural, maximizando así la generalización de los hallazgos a situaciones de la vida real (es decir, validez ecológica) y minimizando el sesgo de recuerdo. Sin embargo, hasta ahora no se ha utilizado para la validación de cuestionarios de microesfuerzos.
El objetivo es desarrollar un cuestionario que (1) permita la evaluación retrospectiva de los microestresores durante una semana, (2) se centre en los microestresores objetivos (es decir, observables), (3) incluya los estresores de la vida moderna y (4) separe ocurrencia del estresor por la gravedad percibida del estresor.
Se realizaron estudios transversales (N = 108) y longitudinales (N = 10 y N = 70) para evaluar el inventario Mainz de Microstressors (MIMIS). En los estudios longitudinales, se utilizó EMA para comparar los datos de estresores, que se recopilaron cinco veces al día durante 7 o 30 días con informes retrospectivos (al final del día, al final de la semana). Se utilizaron correlaciones de Pearson y modelos multinivel en los análisis.
Se encontraron altas correlaciones entre el final de la semana, el final del día y los datos de EMA para la ocurrencia de microestresores (recuentos) (r≥. 69 para comparaciones por semana, r≥. 83 para datos acumulados) y para la media percibida severidad del microstractor (r≥. 74 para comparaciones por semana, r≥. 85 para datos acumulados). El cuestionario de fin de semana predijo las evaluaciones EMA suficientemente (recuentos: beta = . 03, IC del 95% . 02-. 03, P <. 001; gravedad: beta = . 73, IC del 95% . 59-. 88, P <. 001) y la asociación no cambió significativamente durante cuatro semanas posteriores.
Nuestros resultados proporcionan evidencia de la validez ecológica del cuestionario MIMIS.
Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original:https://mental.jmir.org
7 créditos