España sigue sin disponer de una estrategia o un plan nacional para prevenir el suicidio y sin dotar suficientemente a la atención primaria de recursos para poder realizar una detección y actuación precoz.
Así lo denuncian las sociedades de atención primaria y los colegios de psicólogos, recordando que actualmente ya cerca del 25% de las consultas de atención primaria están relacionadas con la salud mental y la patología de las emociones. “Por eso el papel que podemos jugar desde atención primaria en la prevención de una de las consecuencias de la patología emocional, como es el suicidio, es fundamental”, explica Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.
Armenteros explica que “somos el primer escalón, el que detecta un problema y signos de alarma que pueden conducir al suicidio. Y primaria está muy comprometida en el abordaje de la conducta suicida, aunque a veces sea muy difícil su evaluación y detección y también el modo de actuación”.
Por eso, en su opinión hay que fortalecer esa detección desde AP: “Son necesarias estrategias de prevención del suicidio y programas de formación en atención primaria para detectarlos de forma temprana, porque la eficacia de una detección temprana desde atención primaria el muy alta y reduce entre un 23 y un 70% los suicidios anuales”.
España necesita triplicar su número de psicólogos
En la primaria pone también el ojo José Antonio Luengo, decano del Colegio de Psicólogos de Madrid reconoce que hace ya algunos años, a raíz de un estudio del propio colegio, se acordó en la autonomía la incorporación de psicólogos en algunos centros de salud de la región, una medida que poco a poco se ha ido trasladando a otras comunidades autónomas, pero “que ha sufrido un parón y no termina de avanzar como debería”.
No quiere centrar la discusión sólo en las cifras pero sí advierte que España debería triplicar su número de psicólogos, tanto en atención primaria como en especializada, para poder atender las necesidades de salud mental de la población: "España tiene 5 psicólogos por cada 100. 000 habitantes, mientras que Europa cuenta de media con 18”, explica.
Y esa carencia de profesionales tiene indudablemente en su opinión una repercusión en la detección precoz de problemas como el suicidio “pero también en el colapso de los centros de salud mental, que están saturados porque no hay medios desde atención primaria para detectar y tratar esos primeros síntomas de problemas de salud mental”, explica advirtiendo que el problema está a punto de agravarse de forma rápida por las consencuencias de la salud mental.
Las consultas de centros educativos por autolesiones se han triplicado en la pandemia
Lo constatan cifras como las del informe ANAR, la Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en riesgo, que ha visto cómo se incrementaban un 141% los casos de ideación suicida e intentos de suicido en los teléfonos de ayuda de la fundación y cómo durante el confinamiento estricto los casos de ideación suicida que llegaron a sus líneas de ayuda se dispararon un 244%.
“No se trata de un estudio científico estricto pero esas cifras nos dan ya una buena pista de lo que ha ocurrido como consecuencia de la pandemia”, explica Luego.
También se habrían triplicado desde la pandemia, según detalla, el número de centros educativos que han contactado con la Administración para saber cómo actuar ante casos que han detectado de ideación suicida o autolesiones en escolares.
Ante esta situación, el decano del Colegio de Psicólogos de Madrid, insta a una Estrategia Nacional frente al suicidio “porque todas las autonomías tienen planes, pero se está viendo que no terminan de llegar a la población y hace falta una estrategia nacional”.
Esa estrategia además debe trascender el ámbito sanitario “y no quedarse sólo en el de la salud mental sino que debe implicar a los centros educativos, los centros de trabajo… debe ser amplia, tal y como ocurre con los planes de prevención de violencia de género o de los accidentes de tráfico”.
“Hay que pensar-explica- que la ideación suicida se da no sólo por trastornos mentales sino que se produce por dolor, desesperanza y desconexión y esas tres situaciones se dan en adolescentes, en personas con soledad no deseada, en personas que sufren maltratos…” detrás de la ideación suicida hay una problemática que trasciende lo clínico y que requiere atención desde muchos ámbitos.
