Asistimos desde hace años a una psiquiatría cada vez más desvirtuada, donde muchos psiquiatras se han convertido en meros prescriptores farmacológicos que han perdido la capacidad de sentir y pensar la relación terapéutica con sus pacientes.
Siendo el fármaco psiquiátrico un elemento más de la relación terapéutica, “la psicofarmacología psicodinámica” permite valorar que significados y fenómenos relacionales suscita la medicación en el acto de la prescripción. Sin entrar en conflicto con un enfoque biologicista, si no complementándolo, esta integración entre la psicofarmacología y el psicoanálisis no sólo personaliza la prescripción y singulariza al paciente, si no que permite una mayor eficacia farmacológica, que va más allá de la simple acción química de la píldora.
El autor de esta obra proporciona un marco teórico con casos clínicos que, en un vínculo y trabajo colaborativo con el paciente, apuesta por una prescripción relacional. A través de explorar el psiquismo y las proyecciones transferenciales del paciente en el fármaco, el psiquiatra puede observar mejores resultados con el uso de la medicación. Dicho enfoque puede marcar la diferencia entre que un fármaco responda favorablemente o que aparezcan resistencias tipo falta de adherencia, efectos indeseables no esperados y refractariedad al tratamiento.