Autor/autores:
Katharina Schmack, Torben Ott,Adam Kepecs...(et.al)
El progreso en el tratamiento de los trastornos psiquiátricos graves ha sido lento, a pesar de los tremendos avances de la neurociencia. En otros campos de la medicina, el pronóstico de muchos trastornos previamente devastadores ha mejorado gracias a nuevos tratamientos que se desarrollaron sobre la base de conocimientos biológicos adquiridos en modelos animales. En el c&aacu...
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El progreso en el tratamiento de los trastornos psiquiátricos graves ha sido lento, a pesar de los tremendos avances de la neurociencia. En otros campos de la medicina, el pronóstico de muchos trastornos previamente devastadores ha mejorado gracias a nuevos tratamientos que se desarrollaron sobre la base de conocimientos biológicos adquiridos en modelos animales.
En el cáncer de mama, por ejemplo, el estudio de los receptores de estrógeno en tumores que crecen en roedores allanó el camino hacia nuevas terapias hormonales. El modelado de la enfermedad en animales comienza con una supuesta disfunción biológica (p. Ej. , Proliferación celular incontrolada) que es inducible por manipulaciones experimentales (p. Ej. , Exposición a carcinógenos) y da como resultado manifestaciones cuantificables (p. Ej. , Crecimiento tumoral). Sin embargo, los trastornos psiquiátricos han sido difíciles de modelar en animales.
Se supone que los trastornos psiquiátricos surgen de disfunciones biológicas en los circuitos neuronales, y los circuitos neuronales son cada vez más susceptibles de manipulaciones experimentales en animales. Sin embargo, los trastornos psiquiátricos se manifiestan principalmente a través de experiencias subjetivas que son difíciles de cuantificar objetivamente.
El desafío de capturar objetivamente las experiencias subjetivas, especialmente entre especies, sigue siendo una brecha crítica para el progreso de nuevos tratamientos para los trastornos psiquiátricos.
Los animales no pueden informar verbalmente sus experiencias subjetivas; por tanto, los investigadores deben inferirlos mediante la observación de la conducta. Los estudios en roedores en psiquiatría han inferido típicamente síntomas psiquiátricos de fenotipos de baja dimensión que están alterados en pacientes humanos (p. Ej. , Disminución de la inhibición prepulso) o alterados mediante intervenciones que se sabe que inducen síntomas en humanos (p. Ej. , Hiperlocomoción inducida por fenciclidina).
Si bien estos fenotipos pueden tener éxito para el cribado de fármacos candidatos, no conectan síntomas experimentados subjetivamente con un proceso de circuito neural hipotético. En consecuencia, estos fenotipos pueden sondear procesos auxiliares que no son directamente relevantes para la condición psiquiátrica, y no está claro cómo superar las fallas de traducción que no sean por ensayo y error.
Nuestro enfoque se basa en la idea de que los circuitos neuronales instancian cálculos que subyacen tanto a la experiencia subjetiva como al comportamiento observable. En consecuencia, las disfunciones del circuito neuronal conducen a cálculos desadaptativos que se manifiestan tanto como un comportamiento alterado como una experiencia subjetiva alterada, incluidos síntomas psiquiátricos.
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