Según un informe del periódico Neue Zürcher Zeitung (NZZ), es posible que pronto fallezca la primera persona en utilizar la llamada cápsula suicida Sarco, diseñada por el médico de origen australiano Philip Nitschke. La persona dispuesta a morir ya ha viajado a Suiza, donde tendrá lugar este "estreno". Sería "un triunfo para el controvertido activista Philip Nitschke, de 76 años", según el informe.
La cápsula del australiano atrajo la atención mundial y causó polémica hace unos años. Según los medios de comunicación, se fabrica en Holanda con una impresora 3D. La máquina funciona de forma autónoma y puede transportarse a cualquier lugar, según informan, entre otros, el periódico Stern. Por tanto, es posible suicidarse en un hospital, en la propia habitación o en el césped. No se necesita veneno ni medicación.
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Supuestamente sencillo e indoloro
El proceso en sí es muy sencillo. A la persona que desea morir se le hacen primero varias preguntas para comprobar si es capaz de tomar una decisión libremente.
A continuación se le da un código de acceso, puede entrar en la cápsula y accionar una palanca o pulsar un botón. Tras pulsar la palanca o el botón, el interior hermético se inunda de nitrógeno y se desplaza el oxígeno. Según la página web de la cápsula, el contenido de oxígeno desciende del 21 % al 0,4 % en 50 segundos. La muerte, supuestamente indolora, se produce entonces en pocos segundos debido a la falta de oxígeno. La cápsula también puede utilizarse como ataúd en caso necesario, ya que está hecha de material biodegradable.
El médico ya había ayudado a suicidarse a cuatro enfermos terminales en los años noventa. Desarrolló la cápsula con este fin, según el NZZ. Los pacientes que querían morir pulsaban un botón en un ordenador portátil y ellos mismos desencadenaban la administración intravenosa del fármaco letal.
El dispositivo se encuentra ahora en el Museo Británico de Ciencias.
Nitschke fundó más tarde la organización Exit International y el libro La píldora de la paz. Según él, las personas que quieran morir podrán algún día fabricar ellas mismas la cápsula en una impresora 3D. Nitschke ha elegido ahora Suiza como sede del estreno de Sarco y para ello ha fundado la filial Exit Switzerland.
Este australiano de 76 años es muy polémico, entre otras cosas, se le ha acusado de utilizar su libro Going to Switzerland para promover el "turismo de la muerte". También se le acusa de prácticas comerciales desleales. La organización suiza de eutanasia Pegasos, fundada en 2019 y que originalmente quería llevar a Sarco a Suiza junto con Nitschke, se ha distanciado de él. "No queremos tener nada más que ver con Nitschke y su organización", cita el NZZ al presidente de Pegasos, Ruedi Habegger.
Este contenido se publicó originalmente en Univadis Alemania y se ha traducido utilizando varias herramientas editoriales, incluyendo la inteligencia artificial, como parte del proceso. El contenido ha sido revisado por un grupo de editores humanos antes de su publicación.
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