Con las autolesiones y las tendencias suicidas se predicen síntomas de trastornos de la conducta alimentaria posteriores en los adultos jóvenes

CONCLUSIÓN PRÁCTICA

Las autolesiones y las ideas suicidas a la edad de 21 años fueron predictores importantes de alimentación desordenada a la edad de 26 años en los adultos jóvenes, siendo las autolesiones donde se observaba una alta fuerza predictiva.

La relación parecía más fuerte en esta dirección que en la inversa, lo que sugiere que los comportamientos autolesivos pueden preceder a la alimentación desordenada como manifestaciones de angustia psicológica.

DISEÑO DEL ESTUDIO

Los investigadores llevaron a cabo un estudio longitudinal en dos grandes cohortes con sede en el Reino Unido: el estudio TEDS y el estudio COPING.

En el análisis se incluyó a 5.196 participantes de la cohorte TEDS (el 67 % mujeres; el 95 % de origen étnico europeo), formados por 807 pares de gemelos monocigóticos, 1.201 pares de gemelos dicigóticos y 1.180 gemelos no emparejados evaluados a las edades de 16, 21 y 26 años.

De la cohorte COPING, se incluyó a 490 personas (el 53 % mujeres; el 81 % de origen étnico europeo) con datos completos de al menos uno de los puntos temporales.

Los investigadores emplearon modelos de ecuaciones estructurales para realizar análisis con los que estudiaron las asociaciones temporales entre la alimentación desordenada, las autolesiones y las ideas suicidas.

Los síntomas de trastornos de conducta alimentaria, las autolesiones y las ideas suicidas se evaluaron varias veces a lo largo de los periodos del estudio.

RESULTADOS

Las autolesiones a la edad de 21 años surgieron como un fuerte factor pronóstico de trastornos alimentarios a la edad de 26 años (coeficiente beta [β]: 0,35; IC del 95 %: 0,27-0,43) y las ideas suicidas a la edad de 21 años mostraron una fuerte correlación con los trastornos alimentarios a la edad de 26 años (β, 0,32; IC del 95 %: 0,24-0,40).

Los síntomas de trastornos de la conducta alimentaria, autolesión e ideación suicida alcanzaron su máximo alrededor de los 21 años de edad y disminuyeron a los 26 años de edad en la cohorte de TEDS, lo que demuestra una continuidad limitada en la adolescencia y la edad adulta joven.

La relación direccional observada es sugestiva de que las autolesiones y las ideas suicidas pueden ser manifestaciones tempranas de angustia psicológica subyacente, que posteriormente evolucionan a síntomas de alimentación desordenada como mecanismos alternativos de afrontamiento.

En la cohorte COPING se observó una mayor estabilidad temporal en los síntomas de alimentación alterada, especialmente en los comportamientos restrictivos, con asociaciones más fuertes entre las autolesiones y las ideas suicidas que las observadas en la cohorte más joven de TEDS, con efectos mínimos en todos los dominios.

CONCLUSIONES

“Intervenir en la etapa de autolesión puede no solo reducir el riesgo inmediato de suicidio, sino también prevenir la aparición o el aumento tardíos de la alimentación alterada”, escribieron los autores.

“Dado que las autolesiones son un precursor bien documentado de la muerte suicidio en la población general, identificar y tratar los comportamientos autolesivos de forma temprana y abordar los déficits en la regulación emocional y las estrategias de afrontamiento maladaptativo podría ayudar a romper el ciclo de angustia y el afrontamiento maladaptativo antes de que conduzca a una psicopatología más grave”, añadieron.

FUENTEEste estudio fue dirigido por la Dra. Agnieszka Musial, del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres, Inglaterra. Se publicó en línea el 10 de noviembre de 2025 en la revista The British Journal of Psychiatry.

LIMITACIONES

La muestra de COPING tenía una potencia estadística limitada. La estimación de múltiples vías puede haber introducido un error de tipo 1.

Las relaciones no lineales, especialmente en la cohorte COPING, mostraron que con los modelos lineales simples puede no haberse capturado completamente la dinámica temporal entre los síntomas.

El breve intervalo de tiempo entre las mediciones de COPING limitó la capacidad de detectar cambios sostenidos.

En este estudio no se examinó el papel de los trastornos de personalidad concurrentes en la mediación de la relación entre los síntomas de alimentación alterada y las tendencias suicidas.

DECLARACIÓN DE INTERESES

Este estudio ha contado con el apoyo de la beca Rosetrees-Stoneygate y MQ Transforming Mental Health. Dos autores informaron haber recibido financiación y subvenciones del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Atención Médica del Reino Unido, el Centro de Investigación Biomédica Maudsley en el sur de Londres, la Fundación Maudsley NHS y el King's College de Londres, el Consejo de Investigación Médica, el Consejo de Investigación en Artes y Humanidades, el Consejo de Investigación Económica y Social, la iniciativa Adolescencia y Salud Mental y la Mente en Desarrollo. Los autores informaron no tener ningún conflicto de intereses.

Este artículo se creó utilizando varias herramientas editoriales, incluida la inteligencia artificial, como parte del proceso. Los editores humanos revisaron el contenido antes de su publicación.

Este contenido se publicó originalmente en Medscape.com.