Autor/autores:
Jennifer L Gordon, Sneha Chenji, b∙Arianna Di Florio...(et.al)
El trastorno disfórico premenstrual (TDPM) es una forma grave del síndrome premenstrual que afecta significativamente la salud mental del 1-3% de las personas asignadas mujeres al nacer. A diferencia del síndrome premenstrual común, el TDPM se caracteriza por síntomas psiquiátricos debilitantes durante la fase lútea del ciclo menstrual, que disminuy...
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El trastorno disfórico premenstrual (TDPM) es una forma grave del síndrome premenstrual que afecta significativamente la salud mental del 1-3% de las personas asignadas mujeres al nacer. A diferencia del síndrome premenstrual común, el TDPM se caracteriza por síntomas psiquiátricos debilitantes durante la fase lútea del ciclo menstrual, que disminuyen drásticamente después de la menstruación.
En nombre de la Asociación Internacional de Trastornos Premenstruales (IAPMD), buscamos llamar la atención sobre el síntoma crítico de la suicididad asociado con el TDPM, abogando por su consideración para su inclusión en los criterios diagnósticos del trastorno.
El suicidio se clasifica como una de las principales causas de muerte entre las personas en edad reproductiva, destacando la necesidad urgente de mejorar la identificación y el manejo de condiciones como el TDPM que subyacen a esta crisis de salud pública.
El reconocimiento de la suicididad como un síntoma clave en los marcos diagnósticos de otros trastornos depresivos, como el trastorno depresivo mayor y el trastorno bipolar ii, en el DSM-5-TR y el CIE-11, subraya la necesidad de revisar y revisar los criterios diagnósticos para el TDPM.
Las investigaciones indican que la fase lútea en aquellas con TDPM a menudo está marcada por graves perturbaciones emocionales, incluidos sentimientos de desesperanza y desesperación que pueden escalar a ideación suicida. Estos síntomas afectan significativamente las capacidades sociales, ocupacionales y funcionales, distinguiendo el TDPM de los síntomas premenstruales menos graves. La fisiopatología exacta del TDPM implica cambios hormonales complejos que afectan las vías de los neurotransmisores, lo que puede contribuir a sus síntomas graves, incluido el riesgo de suicidio.
Dadas estas consideraciones, la integración de la suicididad en los criterios diagnósticos para el TDPM podría llevar a un reconocimiento más temprano y a intervenciones específicas que podrían salvar vidas. Actualmente, muchas personas que sufren de TDPM están subdiagnosticadas o mal diagnosticadas, a menudo porque los síntomas emocionales graves se malinterpretan como trastornos del estado de ánimo más generales. El reconocimiento oficial de la suicididad como síntoma del TDPM no solo validaría las experiencias de los afectados, sino que también simplificaría las estrategias terapéuticas, que pueden incluir una combinación de tratamientos hormonales, psicoterapia y medicación.
Además, la expansión de los criterios diagnósticos para incluir la suicididad alinearía el TDPM con otros trastornos del ánimo y reflejaría una comprensión más matizada de su presentación clínica. También alentaría a los proveedores de atención médica a implementar un cribado rutinario para la ideación suicida en pacientes que presenten síntomas de TDPM, integrando así estrategias preventivas de salud mental con atención ginecológica.
En conclusión, como representantes de la IAPMD, abogamos firmemente por la inclusión de la suicididad en los criterios diagnósticos para el TDPM. Dicho paso es crucial para avanzar en los enfoques de tratamiento, mejorar la atención al paciente y abordar las implicaciones más amplias de este trastorno en la salud pública.
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