A pesar de la evidencia sustancial de que la terapia de grupo es efectiva, muchas personas se muestran reacias a unirse a grupos y los médicos se muestran reacios a derivar a los pacientes a ellos oa liderar un grupo ellos mismos.
Este artículo investiga los obstáculos para la participación en la terapia de grupo. Se centra principalmente en los elementos profundamente personales de esta vacilación para los miembros potenciales del grupo, que incluyen ansiedad social, miedo a la ira de otros miembros del grupo, miedo a experimentar vergüenza o humillación y deseo de atención individual.
Los médicos también se muestran reacios a liderar grupos, porque se sienten insuficientemente capacitados y pueden temer la experiencia de la insuficiencia, la vergüenza y la humillación. Estos obstáculos a la participación suelen estar impulsados por poderosos componentes de transferencia y contratransferencia.
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