El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es una afección crónica que afecta a miles de niños gallegos y que se mantiene en la edad adulta. Con el inminente regreso a las aulas, la correcta evaluación y tratamiento de los niños con este diagnóstico se hace especialmente relevante. Lucía Figueirido es la directora de Orienta, un centro multidisciplinar de psicología, psicopedagogía y logopedia.
-Partiendo de la base de que usted padece TDAH, ¿cómo explicaría en qué consiste?
-Siempre pongo el mismo ejemplo porque considero que es muy gráfico. Si tú pones a una persona con TDAH contra una pared y comienzas a tirarle pelotas de tenis una a una, esa persona las va a ir cogiendo, pero si se las tiras todas a la vez, no. Pues eso mismo pasa con la información.
- Como ocurre en el caso de los niños «revoltosos», hay padres que aseguran que este tipo de conductas en sus hijos forman parte de «su forma de ser» y se niegan a reconocerlo como un trastorno.
-La época de la pandemia ayudó mucho a visibilizar el TDAH. Los niños estaban en casa y los padres eran los que pasaban tiempo con ellos ayudándolos con las tareas, y ahí muchos pudieron detectar las dificultades de sus hijos. Además, hay que tener en cuenta que el TDAH es un trastorno neurobiológico hereditario hasta en un 80 % de los casos; por lo que hay padres que son muy empáticos porque se ven reflejados en sus hijos.
-¿El sistema educativo es suficientemente resolutivo a la hora de amparar a estos alumnos?
- Aún queda mucho camino por hacer. La parte académica es la más significativa porque es donde los niños desarrollan una mayor frustración. Se va teniendo más en cuenta porque existe una ley que ampara estas necesidades educativas específicas, pero falta mucha formación entre el profesorado a la hora de poder localizarlo.
-En ocasiones, el hecho de que les dejen más tiempo para hacer un examen genera recelo entre los compañeros.
-El tabú y el desconocimiento es lo que propicia los celos. Nadie se queja de que el niño que lleva gafas se siente delante, porque se conoce que tiene un problema en la vista.
- Suele decirse que los niños con TDAH desarrollan grandes capacidades creativas.
-Estos niños cuando encuentran aquello que les gusta pueden llegar a ser verdaderos genios en lo que hacen. Lo que está claro que todos somos distintos.