Objetivos
El litio es un estabilizador del estado de ánimo eficaz en el tratamiento del trastorno afectivo bipolar.
El momento y la decisión de reiniciar el litio después de un episodio de toxicidad pueden ser un desafío. Las pautas nacionales ofrecen consejos sobre el manejo de la toxicidad aguda, pero poca información sobre cómo reiniciar el litio. La ...
Objetivos
El litio es un estabilizador del estado de ánimo eficaz en el tratamiento del trastorno afectivo bipolar.
El momento y la decisión de reiniciar el litio después de un episodio de toxicidad pueden ser un desafío. Las pautas nacionales ofrecen consejos sobre el manejo de la toxicidad aguda, pero poca información sobre cómo reiniciar el litio. La retirada brusca del litio puede provocar una recaída.
La experiencia clínica de los autores fue que los pacientes a los que se les suspendió el litio después de la toxicidad a menudo recayeron, lo que provocó problemas de salud mental, ingresos frecuentes en hospitales psiquiátricos y de agudos y, en ocasiones, la muerte. El reinicio del litio en el hospital o después del alta fue a menudo variable.
El objetivo de la evaluación fue revisar los resultados de los pacientes ingresados en University Hospitals Birmingham NHS Foundation Trust (UHB) con un nivel de litio superior a 1, 2 mmol/L.
Métodos
Los pacientes fueron seleccionados si el nivel de litio registrado era superior a 1, 2 mmol/l al ingreso en UHB. Se llevó a cabo una revisión de notas de casos de registros electrónicos de pacientes para identificar los factores demográficos de los participantes junto con los resultados médicos y psiquiátricos durante los siguientes 2 años.
Resultados
Se identificaron 84 pacientes con niveles de litio superiores a 1, 2 mmol/L. 76% Mujeres. Edad media 61 años (rango 20-95 años). Al 77% de los pacientes se les había recetado litio durante más de 6 años.
El nivel medio de litio fue de 1, 68 mmol/L (rango 1, 2-3, 44 mmol/L). Alrededor de 2/3 de los pacientes ingresados con litio por encima del rango terapéutico fueron derivados al equipo de psiquiatría de enlace. El 12% de los pacientes fallecieron durante ese ingreso. Un poco más de 2/3 (69%) de los dados de alta del hospital habían vuelto a tomar litio.
Cuando no se reinició el litio durante la admisión aguda, solo el 13% se reinició en la comunidad dentro de los siguientes 2 meses. La mortalidad a dos años de los pacientes ingresados con niveles elevados de litio fue del 31%.
El 10% de los pacientes fueron admitidos en un hospital psiquiátrico dentro de 1 año. El número medio de admisiones en el hospital de agudos (UHB) en un año fue de 1.
Conclusión
El ingreso al hospital con niveles altos de litio parece estar asociado con una serie de resultados negativos. Estos datos no pueden atribuir causalidad. Las condiciones que predisponen a la toxicidad por litio, como la fragilidad, podrían contribuir a resultados negativos.
Dadas estas altas cifras de mortalidad para este grupo, es posible que las discusiones sobre el reinicio del litio después de niveles altos deban centrarse más en las prioridades para el paciente.
Sería útil realizar más estudios que analicen los resultados de reiniciar y suspender el litio y compararlos con aquellos que no han experimentado niveles elevados.
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