Redacción PRNoticias. Para aliviar el aislamiento durante las hospitalizaciones prolongadas, el Hospital de Niños de UC Davis ha estado ofreciendo videoconferencia para poner en contacto a estos jóvenes con sus amigos y su familia. Pero más allá de los beneficios sociales del empleo de las nuevas tecnologías, poco se conocía sobre las ventajas clínicas de esta herramienta. O al menos hasta ahora. Un equipo de científicos acaba de demostrar que aquellos pacientes que utilizan Family-Link experimentan una mayor reducción en el estrés que los niños que no lo usaban.

El primer autor del estudio, Nikki Yang, explica que hay muchos niños que se trasladan de unos hospitales a otros debido a que están demasiado lejos como para que los puedan visitar sus familiares y amigos. Ante esta situación, las nuevas tecnologías se perfilan como un instrumento con grandes ventajas para que el paciente pueda comunicarse con cualquier punto del mundo. Ese fue el origen del programa Family-Link.

Los médicos querían saber si las visitas virtuales podían ser tan efectivas en la recuperación de los pacientes y en su estado de estrés como habían demostrado serlo las visitas familiares en persona. Así, un equipo dirigido por el profesor James Marcin, perteneciente a la UC Davis, estudió a 367 niños que fueron hospitalizados por un mínimo de cuatro días en el Hospital de Niños UC Davis. Del total, 232 niños aprovecharon el servicio de teleconferencia y 135 no lo hicieron.

El fin era comprobar los beneficios clínicos del acceso de estos menores al Family-Link, un programa que consiste en proporcionar a los pacientes ordenadores portátiles, cámaras web y conexiones de Internet seguras para que estos puedan comunicarse con el exterior durante su ingreso.

El estudio, publicado en la revista Pediatrics y financiado en parte por la Fundación William Randolph Hearst, ha concluido que los niños que utilizaron este programa experimentaron una mayor reducción en el estrés que los niños que no usaban Family-Link. Curiosamente, este efecto fue aún más pronunciado para los niños que vivían más cerca del hospital o estuvieron sometidos a hospitalizaciones más cortas. Este grupo experimentó una reducción de la tensión del 37%.

Además de la encuesta sobre el estrés, también se preguntó a las familias sobre su opinión acerca de la calidad del vídeo, del audio y de la experiencia general del programa. Las respuestas fueron uniformemente positivas: la mayoría de los padres evaluaban el programa de bueno o excelente.

La encuesta también incluyó preguntas sobre el impacto de los equipos de vigilancia en los niveles de estrés y la capacidad del personal para comunicar los detalles importantes sobre el cuidado del niño.

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