Actualidad y Artículos | Alimentarios, Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos Seguir 95
Las redes sociales y sus algoritmos pueden aumentar los trastornos alimentarios
Artículo revisado por nuestra redacción
Un informe elaborado por Itersia-Centro de Psicoterapia, basado en diversos estudios recientes, advierte de que las redes sociales y sus algoritmos —especialmente cuando exponen a contenidos nocivos— pueden incrementar el riesgo y la gravedad de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), especialmente en personas vulnerables. “Los TCA son trastornos mentales graves,...
Estás viendo una versión reducida de este contenido.
Para consultar la información completa debes registrarte gratuitamente.
Tan sólo te llevará unos segundos.
Y si ya estás registrado inicia sesión pulsando aquí.
Un informe elaborado por Itersia-Centro de Psicoterapia, basado en diversos estudios recientes, advierte de que las redes sociales y sus algoritmos —especialmente cuando exponen a contenidos nocivos— pueden incrementar el riesgo y la gravedad de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), especialmente en personas vulnerables. “Los TCA son trastornos mentales graves, con elevada morbilidad y mortalidad.
Lo que observamos en consulta es que las redes sociales, y en particular sus algoritmos, actúan como un acelerador del malestar en personas vulnerables”, explica la psicóloga de Itersia Sonia Jardí.
El papel amplificador de las redes sociales
Un estudio publicado en Nutrients señala que la baja autoestima y la imagen corporal negativa son factores clave asociados a un mayor riesgo de desarrollar un TCA, y que las redes sociales pueden funcionar como un “amplificador” de ese riesgo.
Otra investigación, difundida en Frontiers in Public Health, destaca que tanto adolescentes como adultos jóvenes pueden ver afectada su autoestima por el uso de estas plataformas. Esa caída en la autopercepción puede derivar en una mayor exposición a contenidos pro-anorexia y pro-bulimia, favoreciendo el inicio o la intensificación del trastorno.
El caso de TikTok es especialmente relevante: un análisis de más de un millón de vídeos muestra que los usuarios con TCA reciben una proporción “muy superior” de contenido relacionado con la apariencia física, dietas, ejercicio extremo y material “tóxico” vinculado a la patología.
Este sesgo algorítmico se asocia a una mayor severidad de los síntomas. “El problema no es solo a qué cuentas sigue el usuario, sino qué decide mostrarle el algoritmo. Las personas con TCA acaban atrapadas en burbujas de contenido que refuerzan sus síntomas”, apunta Jardí.
No es el tiempo en redes: es el contenido Otra de las investigaciones analizadas concluye que el tiempo de uso de las redes no es el mejor predictor del riesgo, sino la naturaleza del contenido consumido. La exposición a publicaciones centradas en la pérdida de peso se asocia con menor aprecio corporal, mayor miedo a la evaluación externa y más conductas alimentarias de riesgo.
El contenido “positivo” o “neutral”, por su parte, no se muestra claramente protector. “Las redes sociales pueden disparar el riesgo y agravar los casos. La combinación de vulnerabilidad previa —como baja autoestima, perfeccionismo o historia de acoso— con contenido masivo centrado en el peso y algoritmos que lo refuerzan aumenta la probabilidad de desarrollar o cronificar un TCA”, añade la especialista.
Signos de alarma y necesidad de intervención temprana La psicóloga de Itersia también advierte sobre los principales signos de alarma: preocupación constante por el peso, las calorías o la “comida limpia”; dietas cada vez más estrictas; saltarse comidas; atracones y conductas compensatorias como vómitos autoinducidos; uso de laxantes sin prescripción; ayunos prolongados o ejercicio físico excesivo.
Otros indicadores incluyen cambios bruscos de peso, necesidad de control estricto sobre la alimentación y una autoestima muy ligada al cuerpo. A nivel emocional pueden aparecer miedo intenso a engordar, culpa o vergüenza al comer, distorsión corporal, irritabilidad, tristeza o tendencia a compararse con otros en redes.
En lo conductual, es común evitar comidas sociales, preferir comer a solas, acudir al baño justo después de las comidas o adoptar rituales rígidos. En el plano físico pueden aparecer cansancio extremo, mareos, sensación de frío, caída del cabello, alteraciones menstruales o problemas dentales. “Cada mes de retraso en el abordaje de un TCA es un mes en el que el trastorno gana terreno. La detección precoz y el acceso rápido a recursos especializados marcan la diferencia en el pronóstico”, concluye Jardí.
