La hipertensión arterial es significativamente más frecuente entre personas que presentan múltiples trastornos del sueño
Artículo revisado por nuestra redacción
La hipertensión arterial, uno de los principales factores de riesgo de infarto y accidente cerebrovascular, puede estar estrechamente relacionada con los trastornos del sueño. Un nuevo estudio de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) demuestra por primera vez una asociación independiente entre la comorbilidad de insomnio y apnea del sueño —conocida como ...
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La hipertensión arterial, uno de los principales factores de riesgo de infarto y accidente cerebrovascular, puede estar estrechamente relacionada con los trastornos del sueño.
Un nuevo estudio de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) demuestra por primera vez una asociación independiente entre la comorbilidad de insomnio y apnea del sueño —conocida como síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño (SAHO)— y la hipertensión no controlada en la población general.
La apnea del sueño provoca pausas repetidas en la respiración durante la noche, reduciendo los niveles de oxígeno y fragmentando el descanso.
El insomnio, por su parte, implica dificultades persistentes para conciliar o mantener el sueño. Ambas afecciones, cuando coexisten, parecen potenciar de forma significativa el riesgo de presión arterial elevada. Para llegar a estas conclusiones, el equipo reclutó a casi 4.000 adultos de mediana edad seleccionados aleatoriamente.
Todos se sometieron a un examen de salud completo y a un estudio del sueño realizado en su propio domicilio. A partir de estos datos, los investigadores clasificaron a los participantes en cuatro grupos: sin trastornos del sueño (2.616 personas), con insomnio (404), con apnea del sueño (694) y con ambas afecciones (118).
Se consideró hipertensión no controlada toda lectura superior a 140/90 mmHg. Los resultados fueron claros: el 4,5% de quienes presentaban insomnio tenían la presión elevada, porcentaje que aumentó al 7,9% en el grupo con apnea del sueño. Sin embargo, la cifra ascendió al 10,2% entre las personas que combinaban insomnio y apnea.
“Observamos que es específicamente la combinación de apnea del sueño e insomnio la que está más claramente vinculada a la hipertensión arterial”, explica la investigadora Mio Kobayashi Frisk.
“Este hallazgo permite identificar a los pacientes con mayor riesgo y la necesidad de un seguimiento sanitario más estrecho”.
El estudio aporta evidencia valiosa para detectar subgrupos de pacientes con trastornos del sueño que podrían enfrentar consecuencias cardiovasculares adversas.
Asimismo, refuerza la necesidad de abordar la salud del sueño como un fenómeno multidimensional y promueve tratamientos personalizados que permitan reducir la carga de estos trastornos tan frecuentes.
