Vinculan apnea del sueño con envejecimiento cardíaco prematuro

La apnea obstructiva del sueño (AOS) es un trastorno muy prevalente, aunque infradiagnosticado, que se caracteriza por la obstrucción repetitiva de las vías respiratorias superiores durante el sueño, lo que resulta en hipoxia intermitente (HI), fragmentación del sueño y cambios pronunciados en la presión intratorácica.

Más allá de perjudicar la calidad del sueño, la AOS es un factor de riesgo potente e independiente para la enfermedad cardiovascular.

Cada vez hay más pruebas que sugieren que dicho trastorno no solo contribuye al desarrollo de hipertensión, enfermedad arterial coronaria e insuficiencia cardíaca, sino que también acelera el envejecimiento cardiovascular, un proceso desadaptativo marcado por disfunción endotelial, rigidez vascular, inflamación crónica y deterioro de los mecanismos reparadores.

En esta línea, un nuevo estudio llevado a cabo por la Facultad de Medicina Joan C. Edwards de la Universidad Marshall (EEUU) y publicado en la revista 'npj Aging'  proporciona evidencia convincente de que la apnea obstructiva del sueño no tratada acelera el envejecimiento cardiovascular y aumenta significativamente el riesgo de muerte prematura.  

"Nuestros hallazgos demuestran que las consecuencias de la apnea obstructiva del sueño van mucho más allá de la mala calidad del sueño", afirmó el autor principal, Dr. Mohammad Badran, profesor adjunto de pediatría, farmacología médica y toxicología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri.

"La hipoxia intermitente prolongada genera una carga acumulativa en el sistema cardiovascular que acelera el envejecimiento biológico y eleva el riesgo de mortalidad. Esto subraya la importancia crucial de diagnosticar y tratar los trastornos respiratorios del sueño lo antes posible", agregó.

El equipo de investigación examinó cómo la exposición prolongada a la hipoxia intermitente durante el período correspondiente a los hábitos de sueño habituales en ratones influye en la salud cardiovascular a lo largo de la vida. En este modelo, la hipoxia intermitente prolongada se asoció con una mortalidad significativamente mayor en comparación con condiciones normales de oxígeno.

El modelo también mostró signos claros de envejecimiento cardiovascular acelerado, como aumento de la presión arterial, deterioro de la función cardíaca, reducción de la flexibilidad vascular, disminución de la reserva de flujo coronario y anomalías en la actividad eléctrica cardíaca.

En conjunto, estos hallazgos demuestran que el estrés fisiológico crónico generado por la apnea del sueño no tratada altera fundamentalmente la estructura y la función cardiovascular, pudiendo acortar la esperanza de vida. La detección temprana y la intervención, incluyendo el uso de la terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) y otras opciones de tratamiento, pueden desempeñar un papel clave en la mejora de los resultados cardiovasculares a largo plazo.