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Con estos resultados se respaldan las de investigaciones previas que señalaron a los trastornos del sueño como factores de riesgo para enfermedades como las de tipo cardiovascular y el cáncer.
Existen numerosos problemas de salud que son el resultado de no dormir suficiente. Por ejemplo, se sabe que la reducción de la cantidad de horas dormidas puede afectar de manera negativa al metabolismo de la glucosa y a la regulación del apetito, dando como resultado un aumento del riesgo de obesidad y diabetes.
Dormir poco promueve asimismo trastornos psiquiátricos, mientras que una buena noche de descanso puede regular nuestro ánimo y ayudarnos a afrontar los desafíos emocionales del siguiente día, la privación del sueño hace todo lo contrario, incrementando excesivamente la actividad en la parte del cerebro más conectada a la depresión, la ansiedad y otros trastornos psiquiátricos.
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