Autor/autores:
Lisette van Zonneveld; Evelien Platje; Leo de Sonneville...(et.al)
La atención social es un precursor esencial de la empatía; sin embargo, ningún estudio ha examinado la atención social en relación con la empatía cognitiva y afectiva en aquellos que exhiben conducta antisocial. Los participantes eran niños de 8 a 12 años con alto riesgo de desarrollar conducta criminal (N = 114, 80.7% varones) y controles t...
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La atención social es un precursor esencial de la empatía; sin embargo, ningún estudio ha examinado la atención social en relación con la empatía cognitiva y afectiva en aquellos que exhiben conducta antisocial.
Los participantes eran niños de 8 a 12 años con alto riesgo de desarrollar conducta criminal (N = 114, 80.7% varones) y controles típicamente en desarrollo (N = 43, 72.1% varones). Los niños de alto riesgo fueron reclutados a través de un proyecto de identificación e intervención temprana en curso de la ciudad de Ámsterdam, centrándose en los hermanos menores de edad o los hijos de delincuentes y aquellos que no terminaron la escuela primaria. Se mostraron videoclips con contenido neutro y emocional (miedo, felicidad y dolor), mientras que se registraron la frecuencia cardíaca (HR), el nivel de conductancia de la piel (SCL) y las respuestas de conductancia de la piel (SCR) para medir la empatía afectiva. Las respuestas a las preguntas sobre las emociones en los clips fueron codificadas para medir la empatía cognitiva. Se utilizó el rastreo ocular para evaluar patrones de exploración visual hacia señales sociales relevantes (ojos y cara) en los clips.
El grupo de alto riesgo no difirió del grupo control en la atención social y la empatía cognitiva, pero mostró HR reducida al dolor y al miedo, y redujo SCL y SCRs al dolor. Los niños con alto riesgo de desarrollar conductas delictivas muestran una empatía afectiva alterada pero una atención social intacta y una empatía cognitiva. Se discuten las implicaciones para la identificación temprana y los estudios de intervención con niños antisociales.
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Goldberg y Stephen M. Stahl. Prologo de Alan F. Schatzberg. Durante las últimas cuatro décadas, l...
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