El 21% de los asistentes a festivales aprovecha su estancia para consumir algún tipo de droga ilegal
MDMA, metanfetamina, cannabis, hongos y cocaína son las drogas más populares, pero el alcohol es siempre la que provoca el mayor número de atenciones sanitarias.
Alicante, 17 de agosto de 2017.- Entre los meses de junio y septiembre se puede asistir en España a más de 80 festivales de música que duran varios días, y aunque física y económicamente resulta imposible no perderse ninguno, son muchos los fans que asisten a varios festivales a lo largo del verano. Sin embargo, pocos piensan en las consecuencias que ese desgaste puede suponer para el cerebro en tan poco tiempo.
Se calcula que el 21% de las personas asistentes a festivales aprovecha su estancia para consumir algún tipo de droga ilegal que les ayude a aguantar despiertos largas jornadas de música y fiesta (fuente: encuesta revista New Musical Express (NME). Si a ello le sumamos horas perdidas de sueño, el efecto puede ser devastador para el cerebro.
La banalización del alcohol en España
Según estudios recientes (fuente: I Estydio Lundbeck: percepción y conocimiento del alcoholismo en España, de 2016), aproximadamente el 17% de los españoles es consumidor de riesgo y el 76% de esta muestra consideran que la cantidad de alcohol que consumen es normal.
“Sigue existiendo rechazo por parte de la población a la hora de considerar el alcoholismo como un vicio en lugar de una enfermedad”, asegura Joaquín Descals, director médico de la Clínica Triora. “El bebedor suele tener poca conciencia de lo que bebe y los riesgos que asume para su salud”, añade Descals. De este modo, en verano, cuando se intensifica considerablemente la ingesta de alcohol y se asume un cierto ritmo de vida, es más fácil que se vaya desarrollando la adicción.
La Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol y otras Toxicomanías (SOCIDROGALCOHOL) estableció la cantidad semanal de consumo de alcohol que podemos considerar moderada o de riesgo: una caña de cerveza que contiene unos 250 ml, una copa de vino o cava que contienen aproximadamente 100 ml o un combinado de alcohol que posee unos 50 ml, son bebidas que contienen 1 UBE (Unidades de Bebida Estándar) que equivalen unos 10 gramos de alcohol. Teniendo en cuenta todos estos datos, a partir de 21 UBE para los hombres y 14 UBE para las mujeres, podemos hablar de consumo con gran riesgo.
Las consecuencias post festival
Después de ir a un solo festival, muchos de sus asistentes se sienten con sensación de debilidad, tristeza, mal humor y cansancio. El alcohol es por si solo uno de los principales responsable de esta sensación post-festival, ya que libera un compuesto llamado acetaldehído, produciendo en el cuerpo la sensación de calor. En consecuencia, el cuerpo suda, siente ganas de orinar y afecta al sueño. Si además tenemos en cuenta que los asistentes a los festivales suelen dormir pocas horas y en condiciones incómodas, es muy frecuente que ello afecte al rendimiento en los próximos días.
Se ha comprobado que, según el tipo de festival, son distintas las sustancias ilegales más populares para consumir (MDMA, metanfetamina, cannabis, hongos, cocaína, etc.) pero el alcohol es siempre la que provoca el mayor número de atenciones sanitarias.
En todo ello, la falta de sueño adquiere también un papel predominante y puede tener graves efectos sobre la salud, como apunta un estudio publicado por la Asociación Americana de Medicina, según el cual casi un cuarto de las personas que duermen menos de seis horas puede sufrir problemas cardiovasculares. O incluso, dormir habitualmente menos de cinco horas puede exponer a un riesgo de muerte prematura. “Después de un festival, muchas personas pueden experimentar pesadillas y terrores nocturnos, ya que el cuerpo trata de recuperar los episodios de fases REM perdidos por un sueño insuficiente e interrumpido”, explica Descals.
Recomendaciones para concluir un verano de festivales
“Después de la asistencia a un festival, no hay ninguna sustancia que pueda ayudar a recuperar el ritmo”, afirma Descals. “Lo más importante es recuperar las rutinas saludables de sueño y completarlo con un ejercicio físico por la mañana, una dieta saludable sin alimentos que contengan muchas grasas o carbohidratos, y evidentemente no consumir ningún producto con cafeína o ninguna otra droga”.