Las nuevas perspectivas de desarrollo sugieren que los entornos de crianza adversos promueven adaptaciones neurocognitivas que aumentan la impulsividad y aumentan la vulnerabilidad a conductas de riesgo. Aunque los estudios documentan los vínculos entre los entornos de crianza duros y el comportamiento impulsivo sobre el consumo de sustancias, la hipótesis del desarrollo de que la impulsividad actúa como un mecanismo que vincula los ambientes de crianza adversos con el consumo de sustancias aguas abajo aún debe investigarse. El presente estudio investigó el papel de la impulsividad en relacionar el abuso y la negligencia infantil con el uso de sustancias en adultos utilizando datos de (a) una muestra longitudinal de jóvenes (Estudio 1, N = 9,421) y (b) una muestra transversal de adultos (Estudio 2, N = 1,011). En el Estudio 1, los vínculos entre el abuso y la negligencia infantil y el consumo de tabaco y marihuana en adultos jóvenes fueron mediados por el aumento de la impulsividad adolescente. En el Estudio 2, los vínculos indirectos entre el abuso y la negligencia infantil y el consumo de sustancias se evidenciaron a través del retraso en el descuento de la recompensa y los rasgos de impulsividad. Entre los subcomponentes de impulsividad, los efectos indirectos robustos que conectan las experiencias de la infancia con el uso del cigarrillo surgieron por urgencia negativa. La urgencia negativa, la urgencia positiva y la búsqueda de sensaciones mediaron el efecto del abuso y la negligencia infantil en el consumo de cannabis y alcohol. Los resultados sugieren que el abuso y la negligencia infantil aumentan el riesgo de uso de sustancias en parte, debido a los efectos sobre la impulsividad. Las personas con experiencias adversas en la infancia pueden beneficiarse de los programas de intervención preventiva para el uso de sustancias que tienen como objetivo los comportamientos impulsivos.
Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original:https://www.cambridge.org