Las discusiones nos generan estrés y pueden hacernos perder el control y decir cosas que no pensamos, teniendo consecuencias negativas tanto a nivel personal como laboral. Los siguientes consejos te pueden ayudar a convertirlas en una ocasión para mejorar tus relaciones.
El primer paso, es pensar que las personas, no solo tienen derecho a pensar de forma diferente de la nuestra, sino que ese punto de vista, puede sernos útil y beneficioso. Uno más uno, en este caso, son más de dos. Por tanto, el primer paso, será escuchar con respeto esa opinión y preguntar todo aquello que no nos quede claro sobre la misma.
Fijar cual es el objetivo de la discusión y centraros en el mismo. Muchas veces se mezclan temas y objetivos y son un obstáculo para la puesta en común. Centraros en el tema que os atañe en ese momento.
A continuación, podemos comentar en voz alta, los puntos que tenemos en común y estamos de acuerdo, eso hará más receptiva a la otra persona a escuchar también nuestro punto de vista.
Evitar entrar en escaladas verbales denigratorias, para ver quién grita más o quién se impone. En una relación de larga duración, no se trata de ganar al otro, pues a la larga, ambos pierden. Se trata de que ambos quedéis satisfechos.
Si cometes un error o faltas al respeto, discúlpate lo antes posible y rectifica. Cultiva la humildad y olvídate del orgullo. Eso no significa renunciar a defender tus puntos de vista.
Evita las actitudes violentas como subir el tono de voz, usar palabras ofensivas, denigrar al otro o invadir su espacio físico o corporal. Si crees que no lo vas a conseguir párate y utiliza alguna estrategia de relajación ( respirar, postponer la discusión, dar un paseo )
Cuida tanto la comunicación verbal ( lo que se dice), como la comunicación no verbal ( como se dice, tono de voz, etc.), es importante que ambos transmitan el mismo mensaje.
Comunica lo que piensas, no des por sentado que el otro ya lo sabe. Un error frecuente es pensar que la otra persona conoce nuestros pensamientos sin haberlos comunicado en voz alta.
Evita frases como siempre, nunca, es tu obligación, di las cosas, como si mucha gente os estuviera escuchando.
No utilices las discusiones como una forma de desahogo de las frustraciones, del cansancio o de los problemas, existen otras formas de desahogarse más adaptativas.
Para finalizar intenta llegar a un acuerdo. Si el acuerdo no es posible, buscar un punto intermedio y flexibilizar ambos vuestra postura.
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