A día de hoy está bien documentada la relación que existe entre el consumo de sustancias y la desestructuración del patrón de sueño. Sabemos que existe una relación positiva entre tener un trastorno por uso de sustancias y sufrir un trastorno de sueño, y viceversa.
Tanto durante el consumo activo como en las fases más tempranas de la abstinencia los consumidores tienen diferentes problemas de sueño y fundamentalmente un sueño más fragmentado. Además es importante recalcar que los problemas de sueño dan lugar a recaídas.
La mayoría de los estudios sobre la relación entre las adicciones y su efecto en el sueño se han realizado en personas con consumo de alcohol, que es el ansiolítico e hipnótico más ampliamente utilizado en el mundo occidental desde hace milenios (Cañejas, 2003).
El alcohol produce una privación de sueño que puede exacerbar la somnolencia diurna y producir más alteraciones en el rendimiento cognitivo (Rohers, 2001).
¿Cuándo se empezó a estudiar este tema?
La primera publicación conocida de un estudio sobre el impacto del alcohol en el sueño nocturno se remonta a 1883, cuando Mohnninghof y Piesbergen realizaron un estudio observacional de la profundidad del sueño en respuesta al alcohol y el ejercicio.
Midieron la profundidad del sueño mediante la intensidad de un ruido que era para despertar a los participantes. Lo que vieron fue que tras consumir pequeñas cantidades de alcohol el sueño era más superficial que si no se consumía alcohol o no se hacía ejercicio. Y cuando se administraron dosis mayores de alcohol, el sueño era mucho más profundo al principio, pero más inquieto conforme avanzaba la noche y su duración total era más larga (Mullen, 1933).
En 1961, Nathaniel Kleitman sugirió que los fármacos hipnóticos y el alcohol suprimen el sueño REM, y dos años más tarde se confirmaron estas observaciones mediante la polisomnografía.
¿Cómo se ha hecho la investigación de sueño y alcohol?
Se ha centrado tradicionalmente en los cambios en ciertas variables del sueño y en el momento de estos cambios:
¿Cuáles son los efectos del alcohol sobre el sueño normal?
¿Cuáles son los efectos del consumo crónico de alcohol sobre el sueño normal?
Los alcohólicos crónicos tienen un retardo en el inicio del sueño (Brower, 2001) O lo que es lo mismo, más dificultad para quedarse dormidos (Chakravorty, 2018).
Con todo ello, podemos concluir que el consumo de alcohol afecta en gran medida al patrón de sueño, tanto en la primera como en la segunda mitad de la noche, y que tiene efectos tanto a nivel agudo como a nivel crónico.
Hospital del Mar (Barcelona) Universidad de Barcelona
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