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Sexto encuentro. SALUD MENTAL, JÓVENES Y PREVENCIÓN.

Fecha Publicación: 04/03/2024
Autor/autores: Literariamente: Literatura y salud mental
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RESUMEN

Carmen Moreno empezó definiendo lo que era la adolescencia, palabra que viene de crecer, según su raíz griega. Los adolescentes nunca le parecieron interesantes, hasta que empezó a trabajar con ellos, explicó. Empezó a entender sus afectos, aspiraciones y la necesidad de diferenciación y oposición. Le llamó la atención cómo, a veces, el tumulto emocional no se ve porque está por debajo y la persona muestra una máscara. En la adolescencia, se duda de todo, del mundo, de los padres, comentaba.

Ella opina que siempre ha habido retos para los adolescentes, independientemente del momento social. El adolescente toma lo emergente que pasa en la sociedad como propio. Continuó explicando cómo el estudio de la enfermedad mental en niños y adolescentes es bastante nuevo. Ahora se sabe que la edad media de inicio de un trastorno mental es a los 14 años y medio, explicaba. “Es el momento donde se fraguan y manifiestan los aspectos del dolor y sufrimiento, como la depresión y la ansiedad y acceder a ellos es fundamental cuando lo pasan mal”, aseguraba. “La ciencia se encarga de estudiar los determinantes sobre por qué alguien enferma. La comprensión de la enfermedad mental comprende el estudio del cerebro en interacción con el ambiente. Las causas de la enfermedad mental son complejas”, detallaba. Cuando la enfermedad aparece en gente joven, ha podido haber situaciones de estrés complicadas o infancias difíciles, ya que no para todos los padres es fácil, continuaba. Concluía que tenemos que trabajar para mejorar la salud mental de los que tienen problemas, pero también hay que prevenir. Se necesita ir a los colegios y hablar con los profesores para transmitir la importancia de un currículum emocional. “El adolescente es un volcán, lo cual no es malo. El problema es cuando el volcán se pasa de vueltas. Es el momento de echarle una mano”, aseguraba.

Nando López tampoco pensaba que se fuera a dedicar a la adolescencia. Pero, en seguida, observó cómo hay heridas en los chicos/as que han pasado en silencio a través de su experiencia como profesor. Y decide que va a ayudar a través del aula y de la escritura. Comienza con el libro, El río de las primeras veces, en el que narra una historia de amor entre dos chicas. En un taller literario en un hospital, observa cómo los jóvenes ingresados sacan emociones a través de la máscara de la ficción. En la interacción, se da cuenta de cómo ha pesado el silencio en esas vidas y que la sociedad no les enseña a pedir ayuda, que tienen que mostrar lo bien que estás y el peligro que representa la popularidad numérica, a través de las redes sociales. Explicó cómo va saliendo a la luz en sus encuentros, una violencia sistémica. Explicó cómo observa que muchos de los jóvenes del colectivo LGTBI, vienen de lugares y entorno poco seguros y hostiles.
Sintió mucho orgullo por la creación de una obra de teatro que se representó en la Teatroteca, Malditos 16, sobre el suicidio y sobre la importancia de estar pendiente de las señales y de tejer redes de apoyo. Se llenó la sala. Después de la proyección, muchos jóvenes iban a pedir ayuda por no encontrarse bien. Muchos entornos familiares, decía, no pueden ayudar por sus propias heridas y traumas. Para él, la literatura tiene la capacidad para provocar el diálogo. La ficción, decía, da un escudo cuando no te sientes preparado para hablar de algo que no te apetece. Aunque las lecturas de sus libros vengan de dentro y de fuera del colectivo LGTBI, sí le ayuda saber que las personas del colectivo tengan sus referentes desde un lugar no traumático. Con la novela, Los elegidos, le ha sorprendido que se haya leído desde público joven, aunque narre una historia de adultos, lo que señala un interés por la historia a través de un puente intergeneracional.Carmen Moreno hablaba de la responsabilidad que se asume al hablar de la salud mental de los adolescentes y cómo hay que mostrar la realidad con cautela y con información que no lleve al contagio.

Comentaba que los líderes de opinión tienen un posicionamiento social hacia los extremos promoviendo una cultura del enfrentamiento, en un momento social donde los adolescentes están en una búsqueda de referentes. “Uno puede hablar de la enfermedad mental desde muchos lados. El cómo se habla debe permitir una vuelta a la esperanza. La visibilidad mal entendida puede colocar más heridas”, comentaba. Para Nando López, es necesario que haya más comunicación sobre diferentes agentes: profesores, sanitarios... Eso trata de conseguir en la serie que está creando, Red Flags, y para la que le están asesorando expertos en el campo de la salud mental. Es necesario dar voz sin caer en el sensacionalismo, decía. Se trata de dar un mensaje de lo que nos puede ocurrir, de cómo pedir ayuda y de cómo tender la mano, a través de la cultura. Él se siente un privilegiado porque tiene la suerte de que le dan un lugar desde donde expresar muchas cosas. Esta responsabilidad se multiplica cuando el público es juvenil. “Los jóvenes detestan la moralina y que se les diga lo que tienen que hacer. Dudar les lleva a querer cosas complejas”, aseguraba.Carmen Moreno estaba de acuerdo con que los jóvenes captaban la autenticidad. Comentaba que hay que encontrar puertas para entrar en sus dificultades. Lo relevante, es trabajar desde la autenticidad. Para ella, es importante trabajar con los padres.

En la mayoría de los casos, hay una falta muy importante de comunicación desde la propia protección de unos y de otros, decía. Intentar construir una cosa distinta es una tarea del ámbito de la salud mental, opinaba. Con los adolescentes, es necesario trabajar desde las necesidades del adolescente y no desde las necesidades de la familia. A Nando le llegan casos donde los padres son una barrera. Hay casos donde el nivel de violencia es tan extremo y es complicada la ayuda, decía. Para él, es esperanzador el concepto de familia elegida…Y empatizar sobre cuál es la lucha de cada joven…Muchos hablan de la dificultad para ir al psicólogo, y como, de repente, la figura de alguien de su entorno les ha salvado, opinaba.Carmen estaba de acuerdo en que las vías de entrada al circuito de salud mental son múltiples, como, por ejemplo, en la asistencia en los colegios. Lo que le parece relevante es que hay que hablar. En los encuentros con los jóvenes, por ejemplo, en la semana de la ciencia se dieron cuenta que hay necesidad, curiosidad e interés por hablar. Los cuidadores también tienen responsabilidad en el favorecer hablar. Es lo único que puede ser transformador, opinaba. Nando estaba de acuerdo con esa escucha activa. La generación de adolescentes de ahora está mucho más sensibilizada sobre la salud mental que otras y tiene ganas de aportar, opinaba. Eso también se refleja en el panorama de la literatura infantil y juvenil en España, con una enorme diversidad de contenidos.Sobre el debate de internet y el móvil, Carmen Moreno reconocía que ha cambiado nuestra forma de comunicarnos. Ya no somos espontáneos y tendemos a controlarlo todo, opinaba.

Un adolescente que interactúa por el móvil va a estar colocado en una posición muy diferente, desde lo interpersonal, comentaba. El cerebro aprende desde la experiencia, decía. Para ella, son necesarias recomendaciones desde organismos internacionales a este respecto que expliquen los riesgos y peligros ante su exposición. El diseño de algunas redes sociales es privativo de libertad por los mecanismos de refuerzo inmediato y los intereses económicos que hay detrás, concluía. Sobre el aumento de la soledad, señaló cómo de diferente es estar junto al otro que estar con el otro.

Hay gente que está junta, pero no está con el otro, aseguraba. Nando López opinaba que prohibir el uso de las redes es fingir una realidad que no existe. Para él, es positivo que gente que no tenía referentes, ahora los tenga, y que mucha gente aislada, puede expresarse a través de ellas. Según él, los jóvenes de hoy tienen más conciencia de lo quieren compartir y con quién lo comparten.Sobre cómo intervenir en la escuela, se explicó la importancia de aprender desde lo relacional y lo relevante de generar una capacitación en los adolescentes que conlleve a una mejor idea de sí mismos. “Encontrar qué hacen los chicos bien, enseñarles los avances y que puedan construir desde allí, así como que la escuela se convierta en un entorno donde las relaciones sociales sean sanas y no hostiles”, apuntaba Nando. Explicaron la importancia de detectar la hostilidad a tiempo y trabajar desde lo afectivo.
Se puede corregir, sin herir, opinaban. “Cuando a un adolescente le importas, se esfuerza”, aseguraban.Y los dos, sin duda, nos transmitieron ese interés y profesionalidad en su manera de trabajar con este grupo de edad.

 

La https://www.fundacionmanantial.org/ Fundación Manantial, la librería Rafael Alberti de Madrid https:www.libreriaalberti.com/  y el Hospital Universitario Ramón y Cajal están organizando, con la colaboración de la Fundación Cultura en Vena
https://www.culturaenvena.org/  y  el patrocinio de Lundbeck https://www.lundbeck.com/es,  el programa LiterariaMENTE.  Se trata de un ciclo que profundiza en los problemas de salud mental a través de la literatura.

Los profesionales de la salud mental invitados aportan su visión científica como especialistas, mientras los literatos ofrecen su visión narrativa. Hasta ahora, se han llevado a cabo siete encuentros que han servido de oportunidad para abrir nuevas vías de diálogo y acercarse a los trastornos mentales desde un planteamiento más ecléctico.

Un resumen de estos encuentros puede verse íntegramente en esta página: https://www.youtube.com/@libreriaalberti7663/featured


Palabras clave: literatura y salud mental
Tipo de trabajo: Post/Entrada de Blog
Área temática: Psiquiatría general .

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