En España, el cannabis se destaca como la sustancia ilegal más utilizada, particularmente entre adolescentes y adultos jóvenes.
Este estudio se enfocó en la población gallega de 16 años o más, con el propósito de estimar la prevalencia del consumo de cannabis, el trastorno por consumo de cannabis (CUD) y el consumo dependiente (CD), además de caracterizar a los perfiles de los consumidores y los consumidores dependientes.
Los datos analizados proceden de dos estudios transversales del Sistema de Información sobre Conductas de riesgo realizados en 2017 y 2018, con muestras de 7, 841 y 7, 853 participantes, respectivamente. Para identificar a los consumidores con CUD y/o CD, se aplicó el test de adicción al cannabis (CAST).
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Se calculó la prevalencia del consumo y se emplearon modelos de regresión logística para explorar las variables asociadas al consumo y al CD. Los resultados revelaron que el 2. 7% de la población gallega de 16 años o más había consumido cannabis recientemente, con una prevalencia significativamente mayor, del 9%, en el grupo de 16 a 24 años.
Esta prevalencia disminuye progresivamente con la edad y es más alta en hombres en todos los grupos etarios. Entre los consumidores, la prevalencia de CUD alcanzó el 69. 5% y la de CD fue del 49. 2%. El análisis de regresión indicó que el consumo de tabaco es un predictor significativo del consumo de cannabis, con una odds ratio (OR) de 19. 8, sugiriendo que los fumadores tienen casi 20 veces más probabilidades de consumir cannabis en comparación con los no fumadores. Asimismo, el consumo diario de cannabis se asoció con una mayor probabilidad de desarrollar CD, con una OR de 5. 5.
Estos hallazgos subrayan que, aunque la prevalencia general del consumo de cannabis en Galicia es relativamente baja, existe una concentración significativa entre los jóvenes de 16 a 24 años, quienes además presentan una tendencia elevada hacia el consumo dependiente.
Este patrón resalta la importancia de implementar medidas de prevención dirigidas específicamente a adolescentes y adultos jóvenes, comenzando idealmente a los 16 años. Para mitigar el impacto del consumo de cannabis y prevenir el desarrollo de trastornos relacionados, es crucial la implementación de programas educativos y campañas de sensibilización que aborden tanto los riesgos asociados con el consumo de cannabis como la correlación con el consumo de tabaco. Además, estos esfuerzos deben integrar estrategias para disminuir el estigma y facilitar el acceso a recursos de apoyo y tratamiento para aquellos que ya pueden estar experimentando CUD o CD.
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