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Noticia | 14/01/2021

Teletrabajo inteligente: cómo aprovechar el tiempo y ser más efectivos



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Desde que en marzo de 2020 se impuso el teletrabajo por la Covid-19, hay quien no ha vuelto a pisar una oficina. En cambio, llevar a cabo la jornada laboral desde casa llegó para quedarse y ese es el motivo por el que en miles de hogares hay un espacio ambientado cuyo protagonista es el ordenador.


A pesar de que esta situación está llegando a ser límite para muchas personas por eso de que sus casas son el lugar de trabajo y el de desconexión, muchos ya han dejado de verlo como la panacea por aquello de «se me cae la casa encima» o por exceso de soledad en algunos casos. El teletrabajo tiene múltiples ventajas (y algunos inconvenientes a los que prestar atención) si te organizas bien, aprendes a parar y a limitar la hiperconexión, entre otras cosas.


Pero el trabajo en remoto plantea ventajas e inconvenientes que hay que tener en cuenta a la hora de incorporarse a este modelo de «flexi-working»:


Pros
La calidad de vida de los trabajadores mejora en general.
Aumento de la autonomía, confianza y libertad de los profesionales.
Mejor gestión del tiempo.
Aporta más facilidades a la hora de conciliar la vida personal y laboral.
Se ahorra tiempo y dinero en desplazamientos.
Aumenta la productividad y la creatividad de los empleados.
Se ahorra dinero en espacio de trabajo y gastos de consumo (para la empresa).


Contras
El trabajo puede apoderarse de la vida privada
Existe cierto riesgo de aislamiento social.
Más tiempo en preparar las comidas del día.
Puede ocurrir que el empleado deje de sentirse identificado con la empresa.
Si la persona no es organizada o se distrae con facilidad, la productividad disminuye.
Puede incurrir en gastos domésticos no previstos.



«Con estos sencillos consejos volverás a sentirte bien y aprenderás a ser más productivo trabajando en remoto, estés donde estés», asegura Carla Sánchez, consultora wellness y experta en gestión del estrés de la plataforma The Holistic Concept. Estos serían sus 10 consejos prácticos para teletrabajar de forma inteligente (y sin enloquecer).


 


1. Planifica bien la jornada, escribiendo las prioridades del día
Para ser realmente eficiente hay que organizarse y trazar pautas claras, además del esquema/directrices que marca la empresa para la que trabajas, o el sector donde desarrollas tu actividad profesional.


Organiza y planifica el día (a primera hora de la mañana) para optimizar tu tiempo y tu energía:


- Marca unos horarios concisos y respétalos.


- Cuánto antes empieces antes acabas.


- Haz una lista de tareas por escrito y abórdalas por orden de prioridad, lo urgente no es siempre lo más importante.


- Ponte recordatorios para evitar perder el foco u olvidar cosas...


- Mantén una comunicación fluida (y delimitada) con tu equipo.


También se presenta el desafío de intentar mantener el entusiasmo y la consistencia de los equipos a distancia, sin el apoyo moral de los compañeros cerca para compartir ideas, y eso te convierte en tu propio animador.


No comas frente al ordenador.



2. Crea un rincón solo para trabajar
Improvisar la oficina en el salón, la cocina, el comedor u otros rincones de la casa hace que desconectar sea casi imposible. Acondicionar un rincón exclusivamente para el trabajo (solo para ti preferiblemente) marcará la diferencia y te ayudará a centrarte y a ser más eficiente. Los errores más habituales a evitar son, entre otros, trabajar en el sofá, la cama o el comedor porque distraen, aunque no seas consciente de ello. Idealmente, este espacio debe ser solo para trabajar.


Este lugar debería tener una mesa amplia, buena luz (y mejor si es natural), una silla cómoda y adecuada para el trabajo y un toque decorativo personal como puede ser una planta, una vela o una foto; algo que te inspire o te dé buen rollo.


Aunque no son imprescindibles, hay elementos que pueden ayudarte a mejorar la experiencia del teletrabajo:


- Elevador de pantalla o de ordenador: si trabajas con portátil, es fundamental que la pantalla quede a la altura de tus ojos para no forzar las cervicales. Si no, subirlo con unos libros es una buena alternativa.


- Teclado y ratón inalámbricos: si optas por elevar tu portátil necesitas hacerte con un teclado y un ratón. Tu cuello y tu espalda lo agradecerán.


- Gafas con filtro azul para las pantallas: tengas graduación o no, ayudan a reducir las molestias en los ojos y alivian la vista cansada por estar muchas horas delante de dispositivos digitales.


- Auriculares anti-ruidos: escuchar música es una forma de aislarnos para aumentar la concentración. Además, pueden ser muy útiles cuando tienes que lidiar con ruidos externos u otras distracciones.


- Agua: que no falte nunca en tu mesa. Puedes complementar con infusiones, independientemente de la estación del año, así te mantendrás correctamente hidratado (tu cuerpo y tu mente funcionarán mejor).


3. Cuida tu imagen personal
Trabajar en chándal o leggings es muy cómodo, pero ojo ¡corres el peligro de no quitarte el pijama en todo el día! No confundas confort con pereza y haz un pequeño esfuerzo por vestirte; hay mil formas de estar muy cómodo sintiéndote bien. Jamás descuides tu imagen personal, tienes una responsabilidad contigo mismo y con tus compañeros. Arreglarte (un poco) cada día te ayudará a:


- Mantener la rutina


- Tener el ánimo más alto


- Fortalecer tu autoestima


4. Atención a la postura
Observa las posiciones que adoptas cuando trabajas y trata de mantener la columna recta, activando la zona abdominal. Colocar un pequeño cojín en las lumbares o entre las escápulas te ayudará a estar más erguido a la vez que descargado. Una toalla enrollada también servirá. Invertir en una silla ergonómica es igual a prevenir futuros dolores de espalda y otras molestias musculoesqueléticas. Si teletrabajas un 60% de tu tiempo, plantéatelo en serio.


«Los problemas de espalda son la causa principal de las bajas laborales», dice la OMS, y las políticas de bienestar se trasladan a los hogares y cuidarnos depende más que nunca de nosotros mismos, así que, tal como dice Carla Sánchez, es hora de empezar a cultivar hábitos sanos en el día a día.


5. Respira conscientemente
Tener la espalda recta, sea sentado o de pie, mejora la capacidad pulmonar ya que mantiene la caja torácica abierta y favorece una respiración más eficiente. Respirar con amplitud y orden combate la sensación de fatiga, el cuerpo se revitaliza, el cerebro se oxigena… siendo capaz de rendir mejor, de mantener la concentración por más tiempo e incluso estando de mejor humor en general.


6. Haz pausas activas
Durante la jornada necesitamos hacer pausas para estirar las piernas y despejar la mente. ¿Cómo? Con ejercicios de estiramiento y movilidad articular para desentumecer el cuerpo, así como de respiración y de relajación cuando sientas que la cabeza no da más de sí.


Otras formas de relax como tomarte unos minutos para asomarte a la ventana y que te dé el sol, salir a la calle a caminar y respirar, hacer un recado rápido en el barrio, comer un snack energético/saludable o tener una conversación agradable con algún compañero de trabajo… también se consideran pausas activas. Esos pequeños momentos de descanso aportan equilibrio a todos los niveles, reduciendo los efectos del estrés. El objetivo es desconectar del trabajo un rato y no ponerte cargas extra.


No teletrabajes en pijama.



7.Establece límites
Cuando no hay un cambio de espacio y el ordenador se va contigo a todas partes, puedes caer en la trampa de sentir que debes estar disponible a todas horas. Para evitarlo:


- Decide cuándo termina tu jornada laboral.


- Comunícalo a quienes trabajan contigo para que estéis todos en la misma página.


- Sé muy estricto, es la única manera de no acabar quemado.


8. Evita el multi-tasking
¿Eres de los que piensa que la multitarea te hace más rápido y eficiente? El cerebro está diseñado para mantener el foco en un solo elemento y cuando saltas entre contestar un correo, revisar documentos y seguir el hilo de una conversación por chat con un cliente… ralentizas tu capacidad, causando el impacto contrario al que buscabas. A medio plazo, las consecuencias negativas de esta práctica nos pasan factura. El consejo de Carla Sánchez, de The Holistic Concepts, es el siguiente: «Concéntrate en una única tarea (por prioridades) y no pases a la siguiente hasta no haberla completado; un paso detrás de otro».


9. Cierra la oficina virtual a una hora decente
Una vez terminada la jornada, te recomendamos centrarte en las actividades de ocio que más te gusten: leer, ver una serie, jugar con tus hijos, cocinar, hacer deporte, salir a cenar... Saber desconectar es tan importante como la realización del trabajo en sí. Tómatelo en serio, aparca las tareas no-urgentes hasta el día siguiente y disfruta de tu tiempo libre y ¡cuídate!


10. No pierdas el tiempo
Si tiendes a distraerte con facilidad, cuidado con esto. Navegar por la red de forma aleatoria, irte de compras on line, abusar del WhatsApp con amigos o pasarte por Instagram cada dos por tres te hace perder el tiempo y contribuye a perder el foco y a reducir la concentración (y, en consecuencia, provoca que acabes más tarde la jornada laboral). No hay que confundir los pequeños descansos con engancharte a las redes sociales o ponerte con las tareas pendientes de la casa.

Fuente: ABC
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