Es una reivindicación mundial. Parte de Afzal Javed, presidente de la Asociación Mundial de psiquiatría, de la que la Sociedad Española de psiquiatría (SEP) es miembro ordinario, pero también de toda la evidencia científica que se ha ido publicando y que señala la vulnerabilidad de las personas con enfermedades mentales graves en esta pandemia. Por eso, los profesionales proponen que estos pacientes sean parte de los grupos prioritarios para vacunarse frente al Covid-19.
Así se lo explica Celso Arango, presidente de la Sociedad Española de psiquiatría, a Carolina Darias, ministra de Sanidad, en una carta en la que muestran la preocupación de estos profesionales por la vacunación de las personas con trastorno mental grave. Aseguran que estas personas tienen más riesgo de infectarse y, en el caso de que eso ocurra, de tener un peor pronóstico.
Arango hace referencia al artículo, publicado en los últimos días, que demuestra cómo, después de la edad, el diagnóstico de esquizofrenia es el predictor de mortalidad más importante entre personas infectadas. "Las personas con trastorno mental grave tardan más en solicitar ayuda, si lo hacen, y en detectar síntomas asociados a la infección", afirma a Darias.
"Como recuerdan la ONU y la OMS, la población con trastorno mental grave es una población de especial vulnerabilidad en esta pandemia. En el Reino Unido han empleado un algoritmo basado en la evidencia desarrollado por la Universidad de Oxford para calcular el número de vacunaciones necesarias para prevenir un fallecimiento", seañala. Conforme a este, que se basa en datos recopilados entre abril y junio de 2020, un varón de 55 años con trastorno mental grave (sin otros factores de riesgo) y otro con cirrosis hepática, presentan el mismo riesgo de fallecimiento como consecuencia de infección por Covid-19.
"Ambas patologías -prosigue- pertenecen al mismo grupo prioritario a efectos de vacunación. No obstante, los datos preliminares revelan que la cobertura de la vacunación en pacientes con trastorno mental grave es menor en
comparación con la de otros grupos de comorbilidad".
Cambios en los criterios de vacunación en países europeos
Todo esto ha hecho que países como Dinamarca y Países Bajos hayan reculado. Si en un principio no incluyeron los trastornos mentales en sus estrategias de vacunación contra el Covid-19, tras realizar un amplio estudio de cohorte a nivel nacional se reveló que "los trastornos mentales graves y el uso de antipsicóticos se asociaba con un incremento del riesgo de mortalidad a los 30 días". Así que la autoridad sanitaria danesa instó a los profesionales sanitarios a referir para vacunación prioritaria a aquellos pacientes con trastornos psicóticos y demás personas con enfermedades mentales graves y complejas si consideraban que presentan especial alto riesgo.
En el caso de los Países Bajos, el incremento de la priorización de pacientes con enfermedades mentales graves vino tras la reivindicación de asociaciones de salud mental. También señala que esta misma semana en Alemania han cambiado los criterios de priorización incluyendo a personas con trastorno mental grave después que el Instituto Robert Koch -Instituto Federal de Investigación Alemán- encontrara que el trastorno mental grave es una de las muy específicas condiciones médicas con una OR> 2 para hospitalización y mortalidad por Covid-19.
"En resumen, existen razones médicas, éticas y económicas de peso para la vacunación temprana del vulnerable grupo de pacientes con enfermedad mental grave. Nuestras recomendaciones conjuntas, que representan a profesionales, pacientes y familias, son claras y urgentes: uno, inclusión específica de pacientes, tanto ingresados como ambulatorios, con enfermedades mentales graves en grupos prioritarios de vacunación contra el Covid-19, y dos, la importante participación organizativa del paciente y su familia en el desarrollo de planes de vacunación", concluye la carta.
