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El infradiagnóstico de ‘delirium’ o síndrome confusional agudo puede condicionar consecuencias fatales en ancianos hospitalizados

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Noticia | 09/05/2014


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ong>-  El riesgo de delirium en España se multiplica por diez en mayores de 85 años, alcanzando una prevalencia superior al 50% según el motivo del ingreso.

 

-  El delirium está asociado al deterioro cognitivo y puede llegar a duplicar el riesgo de padecer demencia.

 

-  El principal obstáculo en los tratamientos farmacológicos es que las personas mayores están excluidas de los ensayos clínicos, con lo que se trata a ancianos basándose en pruebas realizadas en jóvenes, con el riesgo que esto conlleva.

-  “El diagnóstico precoz del cuadro y el manejo de los factores de riesgo nos permiten un manejo rápido, integral y que prevenga las complicaciones”, explica el Dr. Nicolás Martínez, presidente de la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología.

-  El Dr. Martínez participa en el XIII Congreso de ‘Zahartzaroa’, Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología y el VII Congreso de la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología, que se celebra en el Bizkaia Aretoa de Bilbao del 8 al 10 de mayo.

BILBAO, mayo de 2014. El envejecimiento en ocasiones se asocia a un deterioro cognitivo progresivo, aunque en algunas personas es más acusado que en otras en función de múltiples factores. Uno de los síndromes geriátricos más infradiagnosticados es el del delirium o síndrome confusional agudo (se estima que entre el 20 y 30% de casos no están diagnosticados) es el síndrome confusional agudo, o delirium, que no en vano en España puede llegar a afectar a más del 25% de ancianos hospitalizados dependiendo del motivo del ingreso, para quienes puede tener fatales consecuencias.

Las manifestaciones clínicas del delirium son muy variadas, fundamentalmente trastornos agudos/subagudos, con tendencia a la fluctuación durante el día, en el nivel de conciencia, atención, funciones perceptivas (errores de identificación e ideas delirantes, alucinaciones) y cognoscitivas (alteraciones en memoria de trabajo e inmediata, lenguaje y desorientación), y frecuentemente asociados a alteraciones del ciclo sueño-vigilia, de las emociones y psicomotoras (hiper o hipoactividad, y mixtos). En ocasiones aparecen algunos síntomas en la fase promódica (horas o días antes del establecimiento de la entidad) que son relativamente frecuentes en ancianos, pero inespecíficos: trastornos del sueño, pesadillas, dificultad de concentración, irritabilidad, fatigabilidad o ansiedad.

Su correcto diagnóstico y tratamiento es muy importante debido a que puede ocasionar deterioro funcional y dependencia, además de estar ligado a otras dolencias como desnutrición, deshidratación, úlceras por presión, infecciones, el riesgo de iatrogenia (afección debida a un acto médico) por el uso incorrecto de fármacos o a la prolongación de estancia hospitalaria.

“Es un problema muy frecuente que conlleva serias complicaciones, es habitual su infradiagnóstico y tanto la patología como sus complicaciones pueden ser prevenidas con un diagnóstico precoz y un manejo rápido e integral”, explica el Dr. Nicolás Martínez, médico geriatra y presidente de la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología. El Dr. Martínez participa estos días en Bilbao en el evento conjunto del VII Congreso de la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología y el XIII Congreso de su homóloga vasca Zahartzaroa.

Es, de hecho, en la hospitalización del paciente donde se incrementa considerablemente la prevalencia del delirium, llegando hasta el 56% (incluso al 83% en pacientes en cuidados paliativos), así como la mortalidad, que varía entre el 22 y el 76%, según los estudios, cifras similares a las del infarto de miocardio o la sepsis. Además, dos de cada diez pacientes de delirium hospitalizados sufren algún tipo de complicación derivada de esta enfermedad. No obstante, “es uno de los eventos adversos más prevenibles en los ancianos durante la hospitalización, pero la importancia de su correcto conocimiento y manejo radica en que puede convertirse en una cascada de fenómenos que conducen a ese deterioro, y esa dependencia, la institucionalización y la muerte”, apunta el experto geriatra.

Asociado a la demencia

El síndrome confusional agudo puede, de hecho, convertirse en catalizador para la aparición de otro tipo de patologías asociadas al deterioro cognitivo. Es el caso de la demencia, al que está íntimamente ligado, pues en pacientes con demencia que sufren delirium se triplica la velocidad del deterioro cognitivo. Asimismo, el riesgo de demencia o deterioro cognitivo en pacientes que han recibido cirugía de cadera, bastante habitual en personas de avanzada edad, es el doble si sufren delirium.

En cuanto a su aparición, es muy frecuente su incidencia en una vía final común de varias, simultáneas o encadenadas, alteraciones en el funcionamiento cerebral y habitualmente es consecuencia de una enfermedad aguda, un efecto farmacológico o alguna complicación. No obstante, uno de los principales problemas con el que los geriatras se encuentran en el tratamiento farmacológico de la patología es que “en los ensayos clínicos los ancianos están excluidos, por lo que tenemos que tratar a personas muy mayores con fármacos probados en jóvenes, con el riesgo que esto conlleva”, advierte el Dr. Martínez.

 


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