La vitamina D ha demostrado "efectos beneficiosos a nivel del sistema nervioso central" (SNC), por lo que, "junto con su potencial antinflamatorio, tiene un importante papel en el abordaje del dolor", según ha asegurado el presidente de la Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (SEMDOR), Luis Miguel Torres.
En este sentido, desde SEMDOR han señalado que, en el caso de la vitamina D, existe evidencia de su papel en la nocicepción (percepción consciente del dolor), en su posible beneficio en el control del dolor de diversa índole, así como sobre sus propiedades antinflamatorias, que pueden alterar la sensibilidad al dolor periférico.
Además, SEMDOR ha resaltado que otros estudios reflejan que, tanto presentar deficiencia de 25-hidroxivitamina D (marcador de referencia: vitamina D menos de 50 nanomoles por litro) como el grado de dicha deficiencia, guardan relación con el grado de sensibilidad al dolor.
Así, indica la sociedad que el uso de vitamina D en dolor crónico está avalado por recientes publicaciones donde se demuestra un descenso significativamente mayor del dolor en los grupos con suplementación de vitamina D frente a placebo, tanto en patologías con dolor generalizado no específico como en dolor localizado.
"Los efectos beneficiosos de la vitamina D se han visto en numerosos estudios y en diversos tipos de dolor, como dolor crónico generalizado, dolor de espalda, dolor por artritis reumatoide, dolor de cabeza, migraña, dolor por osteoartritis, otros tipos de dolores musculoesqueléticos o neuropatía diabética periférica, entre otros. Podemos decir, por tanto, que en pacientes con deficiencia de vitamina D podría ser beneficioso normalizar sus niveles en sangre mediante la suplementación, siendo estos beneficios la reducción del dolor y la posible mejora funcional", ha señalado el presidente de SEMDOR.
Desde SEMDOR han apuntado la relación entre la vitamina D y el dolor de espalda, la fibromialgia, patologías reumatológicas y migraña y dolor de cabeza.
"Considerando este posible beneficio de la vitamina D y su excelente margen de seguridad, se puede sugerir que la suplementación con vitamina D podría añadirse al tratamiento terapéutico estándar de dolor", ha concluído Torres.