Nuevas tecnologías en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos respiratorios del sueño

Introducción y contexto

Aunque pasó casi un año antes de iniciar la redacción de este editorial, esta demora resultó ventajosa. Durante este periodo se produjeron avances significativos en el campo de los trastornos respiratorios del sueño (TRS), permitiendo reflexionar no solo sobre las contribuciones incluidas en este volumen, sino también sobre el rápido cambio del panorama científico y clínico. Entre los hitos recientes destacan la aprobación por la FDA del primer tratamiento farmacológico para la apnea obstructiva del sueño (AOS) en pacientes con obesidad (Lisik & Zou, 2025) y la publicación de nuevas guías de la American Academy of Sleep Medicine para el tratamiento de la apnea central (Badr et al. , 2025).

Las proyecciones son alarmantes: para 2050 se estima que 77 millones de adultos estadounidenses entre 30 y 69 años vivirán con AOS, lo que supone un aumento del 35 % respecto a 2020. Este crecimiento implica una carga sanitaria y económica global enorme, agravada por demoras diagnósticas (la polisomnografía nocturna sigue siendo costosa y limitada) y baja adherencia a terapias convencionales como CPAP. Estos desafíos han impulsado el desarrollo de nuevas tecnologías diagnósticas y terapéuticas, que enmarcan los estudios presentados en este volumen.

Avances genéticos y estudios de aleatorización mendeliana (MR)

La investigación genética ha sido clave para comprender los TRS, identificando genes relacionados con obesidad, morfología craneofacial y control ventilatorio. En los últimos años, la aleatorización mendeliana (MR) ha emergido como una herramienta poderosa para inferir relaciones causales entre exposiciones y resultados, al funcionar como una suerte de “ensayo clínico natural”.

Tres estudios incluidos en este volumen aplicaron MR para examinar las asociaciones entre la AOS y diversos desenlaces. Gong et al. identificaron los genes CETN3 y GTF2A2 como posibles mediadores de la patogenia de la AOS, abriendo camino hacia una medicina de precisión basada en biomarcadores. Yang et al. , utilizando datos del NHANES, demostraron un vínculo causal entre AOS y mayor riesgo de artrosis, mediado por el índice de masa corporal. Por el contrario, Hou et al. no hallaron evidencia causal entre AOS y enfermedad renal crónica, aunque observaron que niveles elevados de nitrógeno ureico (BUN) aumentaban el riesgo de AOS, sugiriendo vías fisiopatológicas compartidas.

Estos trabajos subrayan la complejidad biológica de la AOS, tanto como consecuencia de predisposición genética como factor de riesgo sistémico. No obstante, la MR requiere supuestos metodológicos estrictos y, para garantizar validez, se recomienda seguir las guías MR-SLEEP (Evans et al. , 2025).

Epidemiología, comorbilidades y carga global

Diversos estudios destacaron la alta prevalencia y heterogeneidad global de los TRS. Wang et al. reportaron una prevalencia de TRS del 79 % en pacientes asiáticos con atrofia multisistémica, comparado con un 42 % en poblaciones europeas. Dinh et al. encontraron que el riesgo moderado o alto de AOS se asocia con mayor gravedad de COVID-19, posiblemente mediado por inflamación sistémica. En el plano psiquiátrico, Li et al. identificaron perfiles depresivos diferenciados en pacientes con AOS, destacando la heterogeneidad del impacto psicológico.

Paralelamente, Pittman et al. convocaron un panel de expertos que identificó cinco áreas críticas para reformar la atención de la AOS:

1. Simplificar el recorrido del paciente.

2. Mejorar la comunicación interdisciplinaria.

3. Implementar monitorización longitudinal.

4. Rediseñar modelos asistenciales para evitar la sobrecarga profesional.

5. Ajustar los modelos financieros para incentivar una atención de calidad.

Mecanismos, biomarcadores e innovaciones tecnológicas

Entre los estudios mecanísticos, Howarth et al. encontraron una correlación entre aumento de la potencia delta en EEG y somnolencia diurna excesiva, aportando evidencia sobre la neurofisiología del sueño en AOS leve. Liu et al. demostraron que niveles reducidos de proteínas claudina (CLDN), especialmente CLDN3 urinaria, se asocian con mayor gravedad de AOS, sugiriendo un vínculo entre hipoxia intermitente y alteraciones en la integridad epitelial intestinal. En el ámbito tecnológico, O’Connor Reina et al. desarrollaron una aplicación móvil para terapia miofuncional, mientras Kobayashi Frisk et al. publicaron un protocolo sistemático sobre salud del sueño y enfermedad cardiovascular, promoviendo transparencia y multidimensionalidad en la investigación.

Conclusiones y perspectivas futuras

En conjunto, los estudios de este volumen confirman que la medicina del sueño se encuentra en un momento de transformación profunda. La integración de inteligencia artificial, telemonitorización y diagnóstico domiciliario, junto con nuevas terapias personalizadas, ofrece una oportunidad sin precedentes para optimizar el diagnóstico y el tratamiento de la AOS. Sin embargo, estos avances deben acompañarse de reformas estructurales: acceso equitativo, formación continua de profesionales y políticas públicas que prioricen la salud respiratoria del sueño. Solo mediante un enfoque interdisciplinario, equitativo y basado en la evidencia, será posible traducir los avances científicos en beneficios tangibles para los pacientes a nivel global.

Resumen modificado por Cibermedicina

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