La microbiota intestinal puede influir significativamente en el comportamiento humano. Sin embargo, la investigación sobre la relación entre los ecosistemas del microbioma y el cerebro humano enfrenta grandes desafíos debido al problema de múltiples pruebas. Este problema surge cuando se intenta correlacionar miles de bacterias intestinales con miles de vóxeles c...
La microbiota intestinal puede influir significativamente en el comportamiento humano. Sin embargo, la investigación sobre la relación entre los ecosistemas del microbioma y el cerebro humano enfrenta grandes desafíos debido al problema de múltiples pruebas. Este problema surge cuando se intenta correlacionar miles de bacterias intestinales con miles de vóxeles cerebrales, lo que puede generar resultados espurios y confusos.
Métodos
Para abordar este desafío, realizamos resonancias magnéticas cerebrales a 133 participantes y aplicamos algoritmos de aprendizaje automático, específicamente regresiones de Ridge, combinados con pruebas de permutación.
Este enfoque nos permitió correlacionar familias bacterianas intestinales específicas con señales de resonancia magnética cerebral, evitando las dificultades asociadas con múltiples pruebas masivas. Consideramos el sexo, la edad y el índice de masa corporal como factores de confusión para mejorar la precisión de nuestras correlaciones.
Resultados
Nuestros hallazgos revelaron que la abundancia relativa (AR) de las familias bacterianas Selenomonadaceae, Clostridiaceae y Veillonellaceae en el intestino se asociaba con alteraciones en las mediciones de mapeo T2 en regiones cerebelosas, visuales y frontales, así como en las imágenes del tensor de difusión.
Por otro lado, la disminución de la abundancia relativa de la familia Eubacteriaceae también se relacionó con valores de mapeo T2 en el cerebelo. Además, observamos que las regiones cerebrales asociadas con el microbioma intestinal se correlacionaban con síntomas depresivos y déficits de atención.
Conclusiones
Nuestra estrategia analítica ofrece un enfoque prometedor para identificar posibles biomarcadores cerebrales influenciados por la microbiota intestinal.
Estos resultados sugieren que la composición del microbioma intestinal puede tener un impacto directo en la estructura y función cerebral, y que ciertas bacterias intestinales están asociadas con alteraciones en áreas del cerebro implicadas en la regulación del estado de ánimo y la atención.
Al obtener una comprensión más profunda de la conexión entre la microbiota intestinal y el cerebro, podemos desentrañar los mecanismos subyacentes que vinculan estos dos sistemas complejos.
Este conocimiento puede abrir nuevas vías para desarrollar intervenciones específicas dirigidas a mitigar los efectos perjudiciales de la disbiosis en la función cerebral y la salud mental. Intervenciones tales como modificaciones en la dieta, probióticos o terapias personalizadas podrían convertirse en herramientas cruciales para mejorar el bienestar mental y neurológico.
En resumen, nuestro estudio resalta la importancia de considerar el microbioma intestinal como un factor influyente en la salud cerebral y mental.
La identificación de biomarcadores específicos y la comprensión de sus mecanismos de acción son pasos cruciales hacia la integración de la microbiota intestinal en el ámbito de la neurociencia y la psiquiatría, con el potencial de revolucionar las estrategias de prevención y tratamiento de diversos trastornos mentales.
Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original:https://onlinelibrary. wiley. com/