El brote de la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en 2020 provocó un rápido y significativo deterioro de la salud mental a nivel mundial. Entre los grupos más vulnerables, los pacientes con trastornos mentales graves, como la esquizofrenia, enfrentaron un mayor riesgo de infección. Esto se debe a diversos factores, incluidos los desafíos pa...
El brote de la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en 2020 provocó un rápido y significativo deterioro de la salud mental a nivel mundial. Entre los grupos más vulnerables, los pacientes con trastornos mentales graves, como la esquizofrenia, enfrentaron un mayor riesgo de infección. Esto se debe a diversos factores, incluidos los desafíos para mantener medidas de higiene, la mayor frecuencia de comportamientos de riesgo y las barreras en el acceso a los servicios de salud.
Además, se ha confirmado que el coronavirus tipo 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) tiene un potencial neuroinvasivo, lo que agrava aún más las preocupaciones en torno a esta población.
El objetivo de este artículo fue realizar una revisión narrativa y exhaustiva de las asociaciones multidimensionales entre la esquizofrenia y la COVID-19, con un enfoque especial en las vías biológicas comunes.
Para ello, se realizaron a cabo búsquedas en línea en la base de datos PubMed, a publicaciones publicadas hasta el 17 de septiembre de 2022. Los términos de búsqueda utilizados incluyeron "psicosis", "esquizofrenia", "inflamación" y "COVID-19" .
La esquizofrenia, considerada un estado neuroinflamatorio, comparte varios mecanismos neurobiológicos con la COVID-19. Estos mecanismos incluyen la respuesta inflamatoria exacerbada, el estrés oxidativo y alteraciones inmunológicas que pueden predisponer a los pacientes a una mayor gravedad de la infección.
Además, factores como el estrés ambiental, las comorbilidades comunes (como enfermedades cardiovasculares y metabólicas) y los efectos adversos de los tratamientos antipsicóticos han sido identificados como contribuyentes a un mayor riesgo de complicaciones y mortalidad en pacientes con esquizofrenia infectados con SARS-CoV-2.
Durante la pandemia, se ha observado un aumento en la frecuencia de recaídas psicóticas en personas con esquizofrenia. Esto puede estar relacionado con la disminución en la adherencia al tratamiento, posiblemente debido al acceso limitado a los servicios de salud y al aumento del estrés psicosocial.
Además, los pacientes con esquizofrenia han experimentado un incremento en los síntomas negativos, como la apatía y el retraimiento social, durante este período. En respuesta a estas preocupaciones, es crucial mejorar las políticas de atención de la salud mental y ajustar los tratamientos para proteger a las personas con esquizofrenia.
Estas deben considerar la vulnerabilidad específica de esta población frente a la pandemia de COVID-19. Asimismo, investigaciones futuras serán esenciales para determinar si la infección prenatal con SARS-CoV-2 aumenta el riesgo de psicosis.
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