Autor/autores:
John Read
Objetivo Los antipsicóticos siguen siendo el tratamiento de primera línea para personas diagnosticadas con trastornos psicóticos, a pesar de los efectos adversos que llevan a muchos pacientes a suspender su medicación. La interrupción del tratamiento frecuentemente se realiza sin el respaldo del médico prescriptor, quien puede temer una recaída del...
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Los antipsicóticos siguen siendo el tratamiento de primera línea para personas diagnosticadas con trastornos psicóticos, a pesar de los efectos adversos que llevan a muchos pacientes a suspender su medicación. La interrupción del tratamiento frecuentemente se realiza sin el respaldo del médico prescriptor, quien puede temer una recaída del paciente.
Este estudio tiene como objetivo comprender mejor el proceso de abandono de los antipsicóticos desde la perspectiva de los propios usuarios.
Encuesta en línea.
Se realizó una encuesta en línea a nivel internacional, que incluyó preguntas cuantitativas sobre la planificación previa al retiro del medicamento (con 560 respuestas) y preguntas cualitativas sobre lo que resultó útil o perjudicial en el proceso de abandono de los antipsicóticos (443 respuestas). Los participantes en la encuesta eran usuarios de antipsicóticos de 29 países.
El 47% de los participantes indicó que no consultó a su psiquiatra antes de suspender la medicación. Solo el 40% realizó algún tipo de preparación para el retiro, siendo las estrategias más comunes la elaboración de un plan, la recopilación de información y el aviso a la familia.
Entre los factores más frecuentemente mencionados como útiles para el abandono del tratamiento se destacaron el enfoque en los beneficios de dejar el medicamento (como la reducción de efectos adversos y una sensación de mayor vitalidad), contar con información sobre los síntomas de abstinencia y métodos seguros para reducir la dosis, realizar un retiro gradual y el apoyo de psicólogos, consejeros y psicoterapeutas.
El factor más comúnmente percibido como perjudicial fue el rol del psiquiatra o médico, especialmente debido a la falta de conocimiento sobre el proceso de abandono, la negativa a apoyar la decisión del paciente y el uso o amenaza de coacción.
Respuestas basadas en evidencia, respetuosas y colaborativas a las preocupaciones de los pacientes sobre los efectos adversos y su deseo de dejar el tratamiento antipsicótico probablemente reducirían las tasas de recaída y mejorarían los resultados a largo plazo.
Además, estas prácticas ayudarían a terminar con la violación sistemática del principio de consentimiento informado y de la legislación sobre derechos humanos. La inclusión de un enfoque que respete la autonomía y la decisión informada del paciente es crucial en la práctica psiquiátrica.
Este estudio sugiere que los médicos y psiquiatras deben estar mejor capacitados en el manejo de la reducción de antipsicóticos y en el acompañamiento de los pacientes durante este proceso, promoviendo una relación de confianza que facilite una retirada segura y, en última instancia, fomente una mayor adherencia al tratamiento cuando se requiera.
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