En los últimos años, se han logrado avances significativos en la comprensión de la genética de la anorexia nerviosa (AN) y otros trastornos alimentarios (TA). Estos progresos han sido posibles gracias a los esfuerzos de consorcios colaborativos a gran escala, que han identificado los primeros loci significativos a nivel genómico y genes asociados con la AN. Adem&...
En los últimos años, se han logrado avances significativos en la comprensión de la genética de la anorexia nerviosa (AN) y otros trastornos alimentarios (TA). Estos progresos han sido posibles gracias a los esfuerzos de consorcios colaborativos a gran escala, que han identificado los primeros loci significativos a nivel genómico y genes asociados con la AN. Además, se han obtenido conocimientos valiosos sobre las bases metabopsiquiátricas que subyacen a estos trastornos. Estos descubrimientos han abierto nuevas vías para entender mejor la compleja relación entre los factores genéticos, metabólicos y psiquiátricos en el desarrollo y la progresión de los TA.
Sin embargo, a pesar de estos avances, la aplicabilidad, generalización y alcance de estos conocimientos se ven limitados por un enfoque excesivamente estrecho en la investigación actual. Este enfoque limitado ha sido influenciado en gran medida por estereotipos, mitos y suposiciones erróneas sobre los TA, lo que ha conducido a una comprensión incompleta o incluso incorrecta de cómo se manifiestan y evolucionan estos trastornos en diversas poblaciones. Como resultado, ciertos grupos de pacientes han sido históricamente excluidos de los estudios de investigación, lo que ha generado una brecha significativa en nuestro conocimiento y ha impedido que los avances científicos beneficien a todas las personas afectadas por estos trastornos.
En esta revisión, buscamos abordar estos desequilibrios históricos en la investigación de los TA. Partimos de la premisa establecida por la verdad n. ° 5 de la Academia de Trastornos de la Alimentación (AED, por sus siglas en inglés): "los trastornos de la alimentación afectan a personas de todos los géneros, edades, razas, etnias, formas corporales y pesos, orientaciones sexuales y estatus socioeconómicos".
A partir de esta premisa, examinamos lo que sabemos y lo que aún desconocemos sobre las bases genéticas de los TA en diferentes grupos poblacionales. Reconocemos la importancia de diseñar estudios más inclusivos que reflejen la diversidad de las personas afectadas por estos trastornos, y proponemos estrategias para lograrlo.
En la segunda mitad de nuestra revisión, delineamos una serie de objetivos estratégicos que pueden guiar a los investigadores en la ampliación de la diversidad, la profundidad de los conocimientos y la traducibilidad clínica de sus estudios sobre TA.
Estos objetivos incluyen la necesidad de desarrollar cohortes de estudio más representativas, mejorar la recopilación y análisis de datos para incluir variables de diversidad, y fomentar la colaboración interdisciplinaria e internacional para integrar enfoques y perspectivas diversas. Al adoptar estas estrategias, esperamos mejorar la comprensión de los TA en todas las poblaciones afectadas y avanzar hacia intervenciones más efectivas y equitativas.
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