El período posparto representa una fase crucial en la vida de una madre primeriza, particularmente para aquellas con trastorno bipolar (TB), debido al alto riesgo de episodios afectivos que pueden impactar tanto su bienestar como el desarrollo de su bebé.
Esta etapa no solo implica ajustes emocionales y físicos, sino también un proceso de adaptación significati...
El período posparto representa una fase crucial en la vida de una madre primeriza, particularmente para aquellas con trastorno bipolar (TB), debido al alto riesgo de episodios afectivos que pueden impactar tanto su bienestar como el desarrollo de su bebé.
Esta etapa no solo implica ajustes emocionales y físicos, sino también un proceso de adaptación significativo en el que la estabilidad del estado de ánimo juega un papel fundamental. El presente estudio, de enfoque mixto, tuvo como objetivo analizar la aparición de síntomas del estado de ánimo en madres con TB durante el primer año posparto. Asimismo, se exploraron sus percepciones sobre esta etapa, los desafíos enfrentados y las estrategias utilizadas para mantener su bienestar.
Métodos
Se reclutaron 26 mujeres con trastorno bipolar, a quienes se les evaluó su estado de ánimo en dos momentos clave: a los 3 y 12 meses posparto, mediante el Inventario de sintomatología Depresiva y la Escala de Evaluación de manía de Young. Además, se realizaron entrevistas a los 12 meses para indagar sobre la aparición de alteraciones del estado de ánimo y explorar en profundidad las experiencias posparto de las participantes. Para el análisis de los datos cualitativos (entrevistas y notas de campo), se aplicó un enfoque temático.
Resultados
Los hallazgos revelaron que el 42% de las mujeres se mantuvo eutímico o con síntomas leves a lo largo del primer año, mientras que el 58% experimentó síntomas moderados a graves en al menos uno de los dos puntos temporales evaluados. Las madres que mantuvieron un estado de ánimo más estable tendieron a percibir el primer año de manera más positiva (38%), mientras que aquellas con síntomas moderados a graves reportaron una percepción más mixta o negativa (62%).
Las dificultades reportadas incluyeron la sensación de que los episodios afectivos eran particularmente inoportunos en esta etapa, el desafío de equilibrar el autocuidado con el cuidado del bebé, conflictos en las relaciones familiares y experiencias negativas con los sistemas de salud. Entre las estrategias de bienestar destacadas, se identificó la aceptación de la enfermedad y la atención plena a las propias necesidades y las del bebé, junto con el apoyo de la pareja, la familia y el acceso a un tratamiento adecuado.
Conclusiones
A pesar de los desafíos y las alteraciones del estado de ánimo, muchas madres con TB lograron disfrutar de su maternidad y experimentar un crecimiento personal. Sin embargo, las desviaciones moderadas a graves pueden afectar significativamente la experiencia posparto y la propia percepción de la maternidad.
Por ello, los esfuerzos para prevenir los episodios afectivos en el posparto deben complementarse con intervenciones dirigidas a los desafíos específicos de esta etapa, promoviendo estrategias de bienestar tanto para la madre como para su bebé. En este sentido, el tratamiento posparto del TB debe considerar no solo la estabilidad emocional de la mujer, sino también su capacidad para desenvolverse en su rol como madre lactante.
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