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Se considera un paciente mayor cuando alcanza los 65 años. A partir de esta edad las personas padecen mayor aislamiento y soledad; además se pierde independencia. Un paciente mayor de 65 años es habitualmente una persona con varias enfermedades (hipercolesterolemia, diabetes, hipertensión...) que precisan tratamiento y en el caso de las personas con enfermedades psiquiátricas los medicamentos de las enfermedades físicas pueden interferir con los de las mentales.
El paciente psicogeriátrico es un enfermo que precisa una valoración clínica multidisciplinar. Las dificultades en el diagnóstico, el seguimiento y el tratamiento de estos enfermos junto con el incremento de personas ancianas en nuestro país hace muy necesario la celebración de foros como este II Congreso de Psicogeriatría en el Hospital Universitario de Móstoles.
Depresión en el anciano
La doctora Sara Sánchez Cubas, psiquiatra del Hospital Universitario de Móstoles abordó en una ponencia el trastorno depresivo mayor y el riesgo de suicidio. "Uno de cada dos pacientes mayores que intentan suicidarse lo consigue; frente a uno de cada siete jóvenes", según diversos estudios epidemiológicos realizados desde 1992, explicó Sánchez Cubas. Todos los estudios sobre suicidio demuestran que las personas mayores tienen la tasa más alta de suicidio y la más baja de intentos; con tendencia ascendente en los últimos diez años que hace que muchos autores se planteen el suicidio en la edad avanzada como una nueva epidemia que es necesario controlar y prevenir.
Este Congreso contó con una exposición de objetos de la Galeria da Lonxevidade de Padrón, A Coruña. En ella, el psiquiatra Jesús Fraiz recopila documentación y se realizan investigaciones sobre longevidad. Entre los objetos hay libros como un tratado anatómico de 1676; fotos de centenarios famosos como: Santiago Ramón y Cajal, Pedro Laín Entralgo, Leni Riefenstahl, Rose Kennedy, Nelson Mandela u Oscar Niemeyer. Y como curiosidad un aparato de terapia electroconvulsiva de la década de los años 40. Según Fraiz todos los centenarios tienen características en común como la resiliencia (= mostrar resistencia a la adversidad); dieta hipocalórica y una vida muy activa, entre otras.
Importancia de la resiliencia
Durante la jornada, a la que asistieron 150 especialistas de toda España, se trataron asuntos como el trastorno bipolar por la doctora Berta Bote del Hospital Universitario de Salamanca; el duelo, por la psiquiatra del Hospital Universitario Gregorio Marañón, Marisol Olmeda; enfermedades médicas y trastornos afectivos, por el geriatra Francisco Cid del Hospital Universitario de Móstoles; la resiliencia y la demencia por el psiquiatra Rinaldo Nodarse. Los celos en un trastorno delirante crónico fue el tema de Francisco Llorente, psiquiatra del hospital organizador, a propósito de un caso clínico.
Una ponencia sobre la epidemia del alcoholismo en la mujer mayor corrió a cargo de la doctora Berta Ríos, jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Móstoles. Según los estudios que se han ocupado de este asunto dan como causas de esta adicción la muerte de la pareja, el abandono de los hijos, el empeoramiento físico y la disminución del apoyo social. Uno de los peligros del alcohol es la interacción que realiza con los medicamentos que habitualmente se toman en este periodo vital.
En este Congreso, Susana Martín Alcudia, psicóloga clínica del hospital organizador expuso las herramientas para realizar una evaluación neuropsicológica de los ancianos. Los cuidados de enfermería en psicogeriatría a cargo de la enfermera especialista en Salud Mental, María Belén López Alonso, de la Unidad de Hospitalización Breve de Psiquiatría de Móstoles, contemplaron la necesidad de empatizar con el cuidador del anciano. La jefe de Servicio de Radiodiagnóstico, Begoña García Castaño y María García de las Heras, radiólogo, explicaron la evaluación del paciente mediante técnicas de neuroimagen.
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