La preocupación empática es un componente importante de la competencia social de los niños. Sin embargo, poco se sabe sobre el papel del desarrollo de la preocupación por los demás durante la infancia como predictor de la competencia social en la primera infancia.
Métodos
Los infantes israelíes ( N = 165, 50% niñas) fueron observado...
La preocupación empática es un componente importante de la competencia social de los niños. Sin embargo, poco se sabe sobre el papel del desarrollo de la preocupación por los demás durante la infancia como predictor de la competencia social en la primera infancia.
Métodos
Los infantes israelíes ( N = 165, 50% niñas) fueron observados cinco veces, de 3 a 36 meses. La preocupación empática se evaluó entre los 3 y los 18 meses de edad mediante observaciones, y cuatro componentes de la competencia social se evaluaron a los 36 meses mediante observaciones e informes de maestros.
Resultados
Se identificaron cuatro grupos con distintas trayectorias de desarrollo de preocupación empática de 3 a 18 meses: inicio temprano (comenzando alto y aumentando), baja empatía (comenzando bajo con aumento mínimo), creciente (comenzando bajo y aumentando considerablemente) y muy pequeño grupo con pendiente negativa (decreciente).
Las primeras tres trayectorias diferían en aspectos de competencia social a los 36 meses. Los niños de inicio temprano continuaron exhibiendo la mayor preocupación empática.
Tanto el grupo de inicio temprano como el de ascenso tenían un mayor conocimiento afectivo que el grupo de baja empatía. Además, el grupo en ascenso tenía mejores relaciones con sus compañeros en comparación con los niños con una trayectoria de baja empatía.
Conclusiones
Es probable que los niños que exhiben altos niveles de empatía en la primera infancia muestren una alta competencia social más adelante.
Sin embargo, incluso cuando los niveles iniciales de empatía son bajos, puede ocurrir un crecimiento posterior de la empatía de los 3 a los 18 meses, con consecuencias positivas para la competencia social de los niños a los 36 meses.
Solo los niños con una preocupación empática inicial baja y un crecimiento mínimo durante la infancia corren un mayor riesgo de tener capacidades socioemocionales más pobres en la primera infancia.
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