La esquizofrenia es un trastorno grave de por vida que afecta al funcionamiento cognitivo, conductual y emocional. Está clasificada entre las 25 principales causas de discapacidad en todo el mundo. Muchas personas con esquizofrenia experimentan numerosas recaídas y deterioro continuo, y menos del 15 % de las personas logran una recuperación funcional.
Además, las personas con esquizofrenia tienen aproximadamente 10 años menos de esperanza de vida en comparación con la población general. Alrededor del 60% de la alta mortalidad se debe a comorbilidades físicas, predominantemente enfermedades cardiovasculares (ECV).
Un riesgo importante de ECV, es el síndrome metabólico, que incluye el sobrepeso, que es notablemente mayor en pacientes con esquizofrenia respecto a la población. Ya que las personas con esquizofrenia, en su mayoría, tienen un índice de masa corporal (IMC), índice cintura-cadera, masa de grasa corporal y porcentaje de grasa corporal significativamente más altos en comparación con los controles sanos.
Los principales factores que acompañan al sobrepeso; incluyen comportamientos de estilo de vida más pobres, acceso reducido a la atención médica, enfermedades comórbidas frecuentes y medicamentos antipsicóticos.
En la revista Psychiatry and Clinical Neurosciences reports se ha publicado un estudio transversal que analiza los beneficios de la intervención para caminar y la orientación dietética en personas con sobrepeso y esquizofrenia. En el estudio los criterios de exclusión fueron embarazo o lactancia; severa enfermedad física, como hipertensión grave (presión arterial ≥180/100 mmHg), diabetes mellitus y enfermedades neurológicas o musculoesqueléticas; y cualquier persona considerada inapropiada para participar por el médico tratante. Por otro lado; los psicofármacos que tomaban los diferentes pacientes se mantuvieron en la misma dosis durante todo el estudio.
Los pacientes se subdividieron en varios grupos en función de los pasos diarios que andaban. Finalmente, los resultados de este estudio sugirieron que caminar al menos 8000 pasos por día, y siguiendo la orientación dietética recomendada por profesionales, ayudaba a los pacientes a disminuir el peso corporal y la grasa corporal. Ya que se demostró que valores como el índice de masa corporal (IMC) había disminuido en estos pacientes tras la intervención de cambio de hábitos.
En consecuencia, podemos analizar, como estudios así nos recuerdan la importancia del estilo de vida, tener hábitos saludables; incluyendo una alimentación sana y una actividad física moderada. Ya que, en este caso, por ejemplo; en pacientes con esquizofrenia, al incorporar nuevos hábitos y recomendaciones, repercute en su cuerpo disminuyendo su IMC y asociándose a la vez a un aumento de su longevidad.
Por tanto, cambios tan simples y fáciles de seguir, como andar más en nuestro día a día pueden marcar grandes diferencias en el transcurso de nuestra vida.
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