Resumen

La autolesión no suicida (NSSI) designa el acto de destruir deliberadamente el tejido del propio cuerpo sin intención consciente de morir y por motivos que no están socialmente sancionados1-3. Los métodos comunes comprenden cortarse, rasgarse y quemarse. Se estima que alrededor de 6% de los adultos en la población general se han involucrado en la NSSI por lo menos una vez durante el curso de su vida2 . Aunque en un tiempo se consideró que ocurren principalmente en el contexto del trastorno límite de la personalidad, investigación contemporánea demuestra que la NSSI es un trastorno transdiagnóstico que se asocia a una alteración funcional importante3 . En consecuencia, el trastorno de NSSI se ha incluido en el DSM-5 como un trastorno para estudio adicional. Por definición, la función de la NSSI es diferente de la de la conducta suicida, en la que la meta es terminar la propia vida. El motivo más frecuente de que los pacientes incurran en la NSSI es que consideran que les ayuda a regular sus emociones. Otros motivos supuestamente planteados son auto-castigo, estimulación fisiológica y comunicación con otros1,2. Aunque la NSSI y la conducta suicida son claramente diferentes, evidencia creciente parece indicar que la NSSI es un factor de riesgo importante para la conducta suicida. La NSSI se relaciona más fuertemente con un antecedente de tentativa de suicidio que la impulsividad, la depresión, ansiedad y el trastorno límite de la personalidad. De hecho, la NSSI es un predictor prospectivo más potente de tentativas de suicidio que el antecedente de tentativas de suicidio4-6. Pese a las implicaciones importantes que la NSSI tiene parla salud, el bienestar y el riesgo de suicidio de los pacientes, este trastorno clínico importante en gran parte se ha pasado por alto entre los hombres. Esta falta de atención se debe en su mayor parte al punto de vista histórico de que la NSSI es mucho más frecuente en las mujeres que en los hombres7 . Sin embargo, estudios actuales basados en la población sobre la NSSI una y otra vez no han logrado hallar evidencia de diferencias de género sexual en las tasas de NSSI en adultos2,8. En un metanálisis reciente que incluyó muchos estudios clínicos, se llegó a la conclusión de que “las mujeres tienen un poco más de probabilidades que los hombres de involucrarse en NSSI”, pero la tasa general de NSSI identificada entre los hombres (26,36%) fue todavía notablemente elevada..

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