El ciberacoso, entendido como un acto agresivo e intencional llevado a cabo por un grupo o individuo, utilizando formas electrónicas de contacto, repetidamente y a lo largo del tiempo contra una víctima que no puede defenderse fácilmente, se ha convertido en un grave problema de salud pública debido a la creciente prevalencia entre los adolescentes y el impacto en su salud mental. En la adolescencia, el uso del tiempo frente a la pantalla aumenta a un ritmo mayor. Solo en EEUU, alrededor de 1 de cada 5 adolescentes informa haber estado involucrado en un episodio de este tipo.
Estudios previos han demostrado que la perpetración de ciberacoso se ha relacionado con una disminución de la autoestima y un mayor riesgo de problemas de salud mental, incluidas la depresión y la ansiedad.
En un reciente trabajo publicado en la revista ´International Journal of Eating Disorders´ se constata, además, que tanto las víctimas como los perpetradores de acoso cibernético tenían más probabilidades que otros jóvenes de experimentar síntomas de trastorno alimentario. El objetivo del mismo fue, precisamente, determinar la asociación entre esta situación y los síntomas de los trastornos alimentarios en una muestra nacional de adolescentes de 10 a 14 años.
Los participantes en este estudio respondieron a una serie de preguntas sobre si habían experimentado victimización y perpetración de ciberacoso, así como si habían experimentado síntomas de trastorno alimentario.
Consecuencias ciberacoso
La victimización por ciberacoso se asoció con la preocupación por el aumento de peso, la vinculación de la autoestima con el peso, conductas compensatorias inapropiadas para prevenir el aumento de peso, los atracones y la angustia por los atracones. Por su parte, la perpetración de acoso cibernético se relacionó con la preocupación por el aumento de peso, la vinculación de la autoestima con el peso y la angustia por los atracones.
"Los adolescentes experimentan acoso cibernético relacionado con la apariencia y el peso. El acoso cibernético puede provocar baja autoestima, insatisfacción corporal y el desarrollo de un trastorno alimentario", explicó el autor principal, el Dr. Jason M. Nagata, de la Universidad de California, San Francisco (EEUU).
El estudio llega a la conclusión de que la victimización y perpetración del ciberacoso en la adolescencia temprana se asocian con síntomas de trastorno alimentario. Los médicos pueden considerar la posibilidad de evaluar los síntomas del acoso cibernético y los trastornos alimentarios en la adolescencia temprana y brindar orientación preventiva.
Los hallazgos de este estudio tienen implicaciones significativas para las políticas públicas, la salud pública y la práctica clínica, especialmente en lo que respecta a informar estrategias para la prevención e intervención del ciberacoso y los trastornos alimentarios en la población adolescente temprana.
"Los adolescentes deben limitar las redes sociales que fomentan los trastornos alimentarios y las comparaciones de apariencia. Los padres deben aconsejar a sus hijos que eviten el acoso cibernético y alentarlos a denunciar el acoso en línea si ocurre", concluyó el Dr. Nagata.
