La pandemia de COVID-19 ha aumentado el interés en cómo se puede proteger y optimizar la salud mental de los médicos, pero sigue habiendo incertidumbre y desinformación sobre algunos temas clave.
En esta revisión, analizamos la literatura actual, que muestra que, a pesar de lo que podría inferirse durante la capacitación, los médicos no son ...
La pandemia de COVID-19 ha aumentado el interés en cómo se puede proteger y optimizar la salud mental de los médicos, pero sigue habiendo incertidumbre y desinformación sobre algunos temas clave.
En esta revisión, analizamos la literatura actual, que muestra que, a pesar de lo que podría inferirse durante la capacitación, los médicos no son inmunes a las enfermedades mentales, y entre una cuarta parte y una tercera parte informan un aumento de los síntomas de enfermedad mental.
Los médicos, especialmente las mujeres, tienen un mayor riesgo de suicidio. Existe un consenso emergente de que algunos aspectos de la formación médica, las condiciones laborales y el apoyo organizativo son inaceptables. Los cambios en la formación médica y los sistemas de salud, y la tensión adicional de trabajar durante una pandemia, podrían haber amplificado estos problemas.
Se propone un nuevo marco basado en la evidencia sobre cómo las intervenciones individuales y organizativas pueden usarse de manera integrada en las escuelas de medicina, en los entornos de atención médica y por colegas profesionales. Se requieren nuevas iniciativas en cada uno de estos niveles, con una necesidad urgente de intervenciones a nivel organizacional, para proteger mejor la salud mental y el bienestar de los médicos.
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