Cada vez que un paciente sale con algo valioso o útil de su consulta, Mara Parellada se da por satisfecha. Reafirma el compromiso que hace años adquirió con una especialidad tan desafiante como la Psiquiatría. Ese 'algo' puede ser alivio, calma o un tratamiento farmacológico que, en todo caso, ayude a mejorar su calidad de vida. Sobre todo cuando su personalidad se encuentra en pleno proceso de desarrollo y su carácter es sensiblemente maleable, como ocurre con la población infantil y adolescente, a la que esta psiquatra ha dedicado gran parte de su impecable trayectoria. De ella da cuenta en este nuevo episodio de 'Líderes Sanitarias'.
Desde su consulta en el Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Gregorio Marañón, trata de cambiar las tornas y acabar tanto con el infradiagnóstico como con el sobrediagnóstico que impregna una de las patologías en las que más se ha especializado como es el trastorno del espectro autista.
Condicionantes genéticos del autismo
De hecho, las sucesivas investigaciones que se han desarrollado bajo el tejado de este centro han logrado arrojar un poco de luz en cuanto a los condicionantes, de tipo genético o relacionados con la crianza, que originan esta patología en la población infantojuvenil.
Realizar un abordaje óptimo exige una preparación previa que se ajuste a la casuística que refleja este segmento de edad, es decir, contar con una especialidad propia, según explica, que permita a los futuros médicos tener una imagen adecuada de la realidad y las herramientas necesarias para dar respuesta a este tipo de pacientes de salud mental. Sin embargo, como miembro del Comité Nacional de la Especialidad de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, Parellada cree que todavía queda una buena lista de aspectos a resolver en su puesta en marcha, referentes a las homologaciones de psiquiatras o a la creación de unidades docentes.