El estrés provocado por la inadaptación a la tecnología o tecnoestrés es ya una de las principales causas de absentismo laboral, según un informe de la consultora de coaching empresarial Evoluziona que analiza los últimos estudios al respecto.
"Este estrés negativo, o distrés, es más pronunciado en los teletrabajadores, que sienten invadida su privacidad, con sobrecarga de trabajo y sin separación entre vida personal y profesional", explica Luis Arimany, director de Evoluziona. Sin embargo, "también se produce en quienes tienen que enfrentarse cada día a tecnologías en constante cambio, lo que provoca inseguridad", añade.
En quienes trabajan en casa, "la falta de límites, el absentismo, el aislamiento social y la falta de apoyo y progresión profesional podrían ser las desventajas del teletrabajo". En la investigación se recoge que "aprender a utilizar las nuevas tecnologías o trabajar horas extras los fines de semana conduce a la interrupción horaria, lo que resulta en un conflicto trabajo-familia y, como consecuencia, mayores niveles de ansiedad laboral".
Por otro lado, destacan que el 66 por ciento de los trabajadores españoles experimentan estrés en el trabajo al menos una vez por semana y uno de cada siete se siente estresado cada día, según una encuesta de ADPResearch Institute realizada a finales del pasado año, que señala que una cuarta parte de ellos lo atribuye a la tecnología. El impacto es aún mayor en quienes trabajan desde casa que entre quienes acuden a la oficina. Esas cifras se han incrementado después de la pandemia, ya que en 2020 era el 62 por ciento.
Estos hallazgos refuerzan datos de una investigación anterior coordinada por la Universidad de La Rioja, y publicada el pasado mes de abril en 'Frontiers of Psychology', que analizó el estrés en el confinamiento y en el que detectó que uno de los grupos con mayores niveles de tecnoestrés es el de quienes realizaban formación a distancia.
Según este informe, el 11 por ciento de los profesores sufrían tecnoansiedad y el 7,2 por cientotecnofatiga, o agotamiento debido a las nuevas tecnologías. "Las preocupaciones sobre la privacidad agravan el tecnoestrés en los profesores que enseñan 'on-line'", señala.
Los profesionales sanitarios que realizan teleconsulta también se ven afectados por el tecnoestrés, según otro estudio de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla publicado este año que indica que es más estresante para las mujeres que para los hombres. De hecho, concluye que "es manejable por las mujeres si solo tiene lugar varias veces al mes y por los hombres si solo se produce varias veces a la semana".
Otra de las consecuencias del tecnoestrés que ha revelado el análisis de Evoluziona es el presentismo, tanto de forma presencial como a distancia, trabajadores que acuden a trabajar o se ponen delante de una pantalla en su casa a pesar de sufrir ansiedad y tener bajo rendimiento. "Se ha observado que los trabajadores con baja capacidad de decisión y altas demandas laborales son más propensos a practicar el presentismo. Esta práctica se reduce cuando los trabajadores cuentan con el apoyo de sus superiores", indica Luis Arimany.