El suicidio es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Antes del Covid-19, el suicidio era la décima causa principal de muerte en los Estados Unidos y la segunda entre los adolescentes y adultos jóvenes con un impacto desproporcionado en los grupos étnicos y sociales minoritarios.
A pesar de su desafortunada prevalencia, queda mucho por aprender sobre los fa...
El suicidio es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Antes del Covid-19, el suicidio era la décima causa principal de muerte en los Estados Unidos y la segunda entre los adolescentes y adultos jóvenes con un impacto desproporcionado en los grupos étnicos y sociales minoritarios.
A pesar de su desafortunada prevalencia, queda mucho por aprender sobre los factores neurobiológicos subyacentes implicados en la muerte por suicidio.
Desde una perspectiva psicosocial, la teoría Interpersonal del suicidio ( Joiner, 2007 ; Van Orden et al. , 2010) postula tres factores necesarios que conducen al deseo y las conductas suicidas, a saber, la pertenencia frustrada, la carga percibida y la capacidad adquirida de autolesionarse.
Dada la universalidad de los comportamientos suicidas, esta teoría debería ser aplicable a través de culturas y épocas. En este artículo pretendo aplicar la teoría Interpersonal del suicidio a una de las muertes por suicidio literarias más famosas, la de Ana Karenina de Tolstoi.
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