Autor/autores:
Vasilis M. Karlaftis , José Giorgio , Elisa Zamboni...(et.al)
La capacidad del cerebro para adaptarse a las entradas sensoriales es clave para procesar la información sensorial de manera eficiente e interactuar en nuevos entornos. Después de la exposición repetida a la misma entrada sensorial, se sabe que la actividad cerebral en áreas sensoriales disminuye a medida que las entradas se vuelven familiares, un proceso conocido como ...
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La capacidad del cerebro para adaptarse a las entradas sensoriales es clave para procesar la información sensorial de manera eficiente e interactuar en nuevos entornos. Después de la exposición repetida a la misma entrada sensorial, se sabe que la actividad cerebral en áreas sensoriales disminuye a medida que las entradas se vuelven familiares, un proceso conocido como adaptación. Sin embargo, los mecanismos de todo el cerebro que median el procesamiento adaptativo siguen siendo en gran parte desconocidos.
Aquí, combinamos imágenes cerebrales multimodales (imágenes de resonancia magnética funcional [fMRI], espectroscopia de resonancia magnética) con medidas conductuales de adaptación específica de orientación (es decir, efecto secundario de inclinación) para investigar los mecanismos funcionales y neuroquímicos que apoyan el procesamiento adaptativo.
Nuestros resultados revelan dos redes cerebrales funcionales: 1) una red de adaptación sensorial que incluye regiones de la corteza prefrontal occipital y dorsolateral que muestran respuestas disminuidas de fMRI para estímulos repetidos y 2) una red de memoria perceptiva que incluye regiones en la red de memoria parietal (PMN) y la corteza prefrontal dorsomedial que se relacionan con el sesgo perceptual ( es decir, efecto secundario de inclinación).
Demostramos que la adaptación se relaciona con una mayor conectividad occipito-parietal, mientras que la disminución de la conectividad entre las redes de adaptación sensorial y de memoria perceptiva se relaciona con la inhibición GABAérgica en el PMN.
Por lo tanto, nuestros hallazgos proporcionan evidencia de que las interacciones supresoras entre las redes de adaptación sensorial (es decir, occipito-parietal) y de memoria perceptiva (es decir, PMN) apoyan el procesamiento y el comportamiento adaptativos, proponiendo un papel clave de los sistemas de memoria en el procesamiento sensorial eficiente.
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