PUBLICIDAD
Sin embargo, los especialistas no deberían quedarse ahí, sino observar otros problemas. Los investigadores descubrieron que muchos niños con TDAH estaban sometidos a otros problemas como divorcios, pobreza, vivían en barrios conflictivos o algún miembro de la familia abusaba de las drogas.
"Nuestros resultados sugieren que los niños con TDAH experimentan tasas significativamente más elevados de traumas y trastornos psicológicos que los que no padecían TDAH", ha explicado Nicole M. Brown, pediatra del hospital infantil de Montefiore, facultad de medicina Albert Einstein en Nueva York. "Los médicos deberían tomar el TDAH como un primer diagnóstico y examinar la posible presencia de situaciones de trastornos psicológicos que podrían repercutir en el tratamiento".
Brown y sus colegas analizaron la información de la Encuesta Nacional de Salud Infantil de 2011, identificando a 65.680 niños de entre 6 y 17 años cuyos padres respondieron a las preguntas referentes al diagnóstico de TDAH, gravedad y medicación utilizada, además de las nueve experiencias infantiles adversas: pobreza, divorcio, muerte de uno de los padres, violencia doméstica, vivir en barrios conflictivos, abuso de drogas, detención, enfermos mentales en la familia y discriminación.
Un 12 por ciento de los niños fue diagnosticado de TDAH. Los padres de estos niños presentaban un predominio mayor de experiencias adversas que los padres de los niños que no sufrían este trastorno.
Los niños que padecían cuatro o más experiencias adversas tenían el triple de posibilidades de tomar medicación para el TDAH en comparación con los que habían sufrido tres experiencias adversas o menos.
"Los pediatras deberían examinar las experiencias adversas infantiles en los niños que se sospecha que padecen TDAH e iniciar un tratamiento basado en pruebas y planes de intervención para aquellos que padecen algunas de las nueve experiencias infantiles adversas", ha declarado Brown.
